Médicos Sin Fronteras (MSF) alertó este martes del alto y creciente número de personas vulnerables -con enfermedades crónicas o embarazadas- que este año han atravesado la peligrosa selva del Darién, que separa a Colombia de Panamá y por la que ya han atravesado muchas otras . 166.000 personas están en camino a los Estados Unidos.
“Hemos visto un aumento en los diagnósticos de condiciones crónicas que requieren tratamiento especializado”, explicó Priscilla Acevedo, médica que brinda atención en los proyectos de MSF fuera de la selva, en un comunicado.
Es decir, ha habido un aumento de “casos agudos de personas con enfermedades del corazón, personas que necesitan insulina, problemas de presión arterial y personas que se han desmayado por aumento de temperatura, falta de alimentos o deshidratación severa”.
Entre enero y abril, la organización médica atendió a 669 personas con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión arterial y asma, frente a las 262 del mismo período de 2022.
“Tenemos incluso personas sin la capacidad de caminar sobre las piernas, con parálisis cerebral y demencia senil”, dijo Acevedo, quien recordó a un hombre afgano que perdió una pierna en combate oa una familia de ese país que viajó con una. mujer ciega
Mayor tránsito de embarazadas
MSF también informa que un gran número de mujeres embarazadas están haciendo el peligroso viaje, que puede durar más de una semana y donde los migrantes enfrentan condiciones climáticas adversas, inundaciones de ríos, montañas fangosas, animales salvajes y donde un gran número de personas son robadas, sexualmente. agredidos e incluso asesinados.
Entre enero y mayo de este año, MSF participó en casi 500 consultas prenatales en dos ETRM a la salida de Darién, estaciones que superaron su capacidad y recibieron a 2.000 personas al día.
En lo que va de año, más de 166.000 personas han cruzado el Tapón de Darién, cinco veces más entre enero y mayo de 2022, siendo los venezolanos la nacionalidad más frecuente (82.054), seguidos de los haitianos (31.493).
La ruta está controlada por grupos criminales como el Clan del Golfo y traficantes de personas, que aumentan el riesgo de ahogamiento, fracturas o enfermedades que padecen los migrantes.