con una Venezuela En Directo
Killer, uno de los caninos antidrogas más avanzados del Ejército Nacional, está disponible las 24 horas del día, los siete días de la semana. Un centinela lo acompaña a donde quiera que vaya. Su fiel hombre nunca lo deja solo ni le quita los ojos de encima. Incluso el soldado dormido, rifle en mano, lo observaba.
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El Labrador Retriever de 7 años, adiestrado en el Centro de Adiestramiento Canino de la Sexta Brigada del Ejército Nacional, se ha convertido en uno de los activos más importantes de las Fuerzas Armadas por su extraordinaria capacidad para detectar cargamentos de droga en las carreteras. del país No es menos: en los últimos dos años ha ayudado a militares a decomisar 1,5 millones de dosis de marihuana que estaba a punto de venderse en el corazón del país.
Su nariz afilada le ha valido el respeto de los uniformados, que lo consideran una lanza más, y el temor de las organizaciones narcotraficantes, que lo han declarado objetivo militar por las heridas que les inflige.
El asesino, a la menor oportunidad, hace honor a su nombre, ya que utiliza su entrenamiento olfativo para detectar drogas, principalmente marihuana, en lugares inesperados donde la más alta habilidad de los soldados no puede llegar, y para matar la ilusión de los narcotraficantes. Como las autoridades lo admiran, los delincuentes quieren matarlo.
“Cuidado en Cajamarca, porque hay cascos verdes con amarillo (asesinos) que no sueltan nada. No se metan, contacten a alguien con Arepa para que les dé luz verde”, dijo un narcotraficante en un audio conocido por la inteligencia militar, advirtiendo a quienes llevan droga del Cauca al centro del país. En el mismo elemento de la presencia de perros en la calle, aseguró que lo querían ver muerto, pero no pudieron entrar en él: “No pudimos con la amarilla, no pudimos voltearla”.
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