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“El fanático es ante todo emotivo y por eso puede llegar al drama sin remordimientos”.
Amós Oz
El fanatismo es un comportamiento que existe desde los tiempos ancestrales de la humanidad. Consiste en los horrores que se manifiestan con rigidez y exageración irracional en una religión, idea, teoría, cultura, estilo de vida personal o sistema de creencias.
El fanático se presenta como un gran benefactor cuya visión es sólo salvar su alma y la nuestra. Es por nuestro propio bien que el fanático quiere cambiarnos, hacernos iguales a él, borrar todas las diferencias.
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Cuando el gran historiador Will Cuppy publicó La decadencia y caída de casi todo el mundo.Lo hizo utilizando las dos facultades más eficaces contra la introversión como gran antídoto contra la intolerancia: el humor y la imaginación.
Pero lo cierto es que en la literatura encontramos, al menos en mi humilde opinión, a dos grandes escritores que abordaron magistralmente el fenómeno en cuestión, a saber, Amos Oz y Mario Vargas Llosa.
Ambas plumas abordan el fanatismo con tal inteligencia que, tras presenciar este fenómeno en nuestras vidas, no podemos dejar de pensar en él. fin de la guerra mundial o Una historia de amor y oscuridad.
Libros y artículos de estos dos autores publicados en periódicos para muchos lectores el país de España, permitiéndonos conocer las ideas de tolerancia, paz y la lucha educativa e incansable contra el fanatismo.
Amos Oz falleció en 2018 y aunque tuvo reconocimientos relevantes (Premio Goethe y Príncipe de Asturias) no fue galardonado con el Nobel a pesar de su grandeza, mientras que Don Mario aún disfruta de las alegrías y penas de la vida.
El fanatismo no es cosa baladí y no debe ser tratado como tal, cuando el desarrollo del pensamiento científico o, en todo caso, de lo que llamamos cultura del entendimiento, encuentra su antítesis en los fanáticos.
Pero volvamos a la senda de la civilización para recordar ejemplos clásicos como el de Galileo Galilei que fue engañado por los fanáticos de la Inquisición por su descarada conducta de intimidación frente a sus investigaciones, que cambió considerablemente la ciencia. , o en el caso de Edward Jenner, quien en 1788 enfrentó ataques similares por su publicación sobre inmunología neonatal.
Siempre debemos recordar los hechos de Stalin y de los más fanáticos como Hitler, ya que el culto a la personalidad es un caldo de cultivo para el comportamiento fanático y sus seguidores van a acabar con la vida civilizada. O sobre la posibilidad de vivir en libertad y sin tiranía.
La excelente novela de Juan Gabriel Vásquez, recientemente publicada, Mirar atrás (2020) es una narración magistral sobre la familia Cabrera a través de la voz de Sergio, quien recuerda con revelación los hechos que marcaron su vida y la de su padre. Una sociedad fascinante e íntima barrida por hechos históricos en una familia, desde la Guerra Civil Española hasta el exilio de su familia republicana a América, desde China durante la Revolución Cultural hasta los movimientos armados de los años 60, desde el derrumbe del fanatismo político hasta el destructivo Acontecimientos en las sierras y llanos entre Córdoba y Antioquia, Colombia.Investigaciones que nos conmueven y son imposibles de olvidar.
En suma, la lucha por la vida y la libertad debe contener toda la grandeza que el hombre ha alcanzado en este largo proceso. La vida y la libertad son las banderas de la humanidad como sabemos la convivencia en comunidad.
La historia es que durante mis visitas a la librería, muchas veces nos reuníamos en el mismo edificio que albergaba la Oficina de Orientación Laboral, el centro de nuestras actividades políticas.
En esta amena conversación conocí al hermano del amigo librero, egresado de la Facultad de Letras de la UCV, y me informaron que este abogado había sido designado secretario en la Embajada de la República Popular China, lo cual le interesaba. Todo tipo de información sobre ese país. Llegó la fecha del viaje y él, su esposa y su pequeña hija de cuatro años partieron rumbo a la legendaria China.
En el particular ajetreo que vive nuestra ciudad, no volví a saber de ellos hasta dos años después cuando mi amigo librero me dijo que su hermano había regresado al país y como no podía trasladarse a otra embajada, ellos introdujo una forma de preaviso y Todo esto se debió a la llamada “Revolución Cultural”., Al culto a la personalidad de Mao Tse Tung siguió un alboroto social con una sarta de consignas, que creó una población fanática que puso patas arriba a toda la sociedad. Son traductores del chino al europeo que presenciaron el encarcelamiento o la reeducación de varios amigos en granjas. Además, a pesar de que el cuerpo diplomático vivía con cierta excepcionalidad, un conjunto de artículos de primera necesidad comenzaban a escasear. Por otro lado, los extranjeros se ven obligados a trasladarse a determinadas zonas debido al entorno de conflicto.
Los niños tenían que ir a escuelas que, aunque eran para extranjeros, vivían en las mismas condiciones que el resto de las instituciones educativas. Entonces su hija ingresó a la escuela por un año, pero resulta que la niña, un poco indisciplinada, siempre dejaba sus zapatos y cosas escolares fuera del lugar reservado para ella, por lo que siempre le aconsejaban cambiar ese comportamiento. Pero un día ante un llamado de atención de los padres, la niña respondió: “Perros imperialistas, mañana los denunciaré ante la asamblea del pueblo y veremos si se toman medidas de reeducación”. Tales temores cundieron entre los guardianes de que los beneficios de un puesto en el cuerpo diplomático no fueran suficientes para detener la estampida que terminó en Caracas.
Eso es todo lo que quería decirte.
pablo m Peñaranda H. Es Doctor en Ciencias Sociales, Licenciado en Psicología y Profesor Titular de la UCV.
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