con una pala
Carlos Alcaraz ha abierto claramente una nueva etapa en la historia del tenis. Con su primer título en Wimbledon, el español deja claro que la era de los Tres Grandes en el deporte de la raqueta está llegando a su fin: es hora de dar paso a la próxima generación que lidera con orgullo el número uno del mundo. “Nunca he jugado contra un tenista como él en mi carrera”, capituló Novak Djokovic ante la prueba. El relevo para el serbio, Rafa Nadal y Roger Federer está más que asegurado gracias al talento murciano. El alcance del cual, con apenas 20 años, es, por el momento, inimaginable.
Por infobae
La juventud es un tesoro aún más divino para Alcaraz, que ya suma dos Grand Slams en su haber y aún le queda carrera para engordar esa cifra: el US Open de 2022 y el actual Wimbledon. Por qué este último hito es imposible (16 victorias y dos títulos en solo 18 partidos sobre hierba) y cómo (Nole remontó 6-1, tie-break y un partido de unos 30 minutos, cinco sets… ) Además, le hace el más grande de la historia El tenis pone a los jugadores en una situación envidiable.
¿Cuántos mil era el mejor en la época de Alcaraz?
Margaret Court es la mejor tenista de la historia, a nivel individual, gracias a sus 24 campeonatos. Superó a Alcaraz en cuanto a precedentes de su primer éxito en el Open de Australia: debutó con 17 años en la edición de 1960 y repitió hazaña en 1961 con 18. En total, ganó hasta 11. A la edad de Carlitos, ya tenía cuatro majors: múltiples veces en Melbourne, cinco veces en Roland Garros, tres en Wimbledon y cinco más en el US Open.
En el caso de Djokovic, con 23 Grand Slams a sus espaldas, alcanzó el primer puesto en el Abierto de Australia de 2008 con 20 años. En ese sentido, Alcaraz ya lo superará, ya que tuvo éxito en el US Open del año pasado. gestado con 19. Sin embargo, lo hizo dos veces: cuando el serbio ganó por segunda vez un major, de nuevo en Australia en 2011, tenía 23 años. Hasta la fecha ha ganado diez veces en suelo australiano, tres en París, siete en Londres y otras tres en Nueva York.
Para leer la nota completa, aquí
