El Gobierno talibán amenazó este sábado con conquistar Jerusalén si los países de Oriente Medio se lo permiten, por lo que anunciaron que solicitarán formalmente a Jordania, Irak e Irán que den luz verde a la medida.
Las declaraciones las hizo en medio de un comunicado en el que expresaban a los palestinos su apoyo a Israel. Después de que Hamás lanzara un brutal ataque sorpresa contra el país, que hasta el momento ha matado al menos a 40 personas.
Dijeron en una declaración: “Es el derecho legítimo del pueblo palestino resistir cualquier forma de defensa y por la libertad y santidad de su tierra”.
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También indicaron que siguen “de cerca” este tipo de incidentes en la Franja de Gaza. Justificaron la medida diciendo que “se debe a la privación de los derechos de la nación palestina. Los sionistas israelíes profanan repetidamente los lugares sagrados musulmanes”.
Lo último: Los talibanes anunciaron que han pedido formalmente a Irán, Irak y Jordania que les permitan ingresar a Israel.
Dicen que su objetivo es “conquistar Jerusalén”. pic.twitter.com/HJkedV2zau
— Alerta Mundial (@AlertaMundial2) 7 de octubre de 2023
De manera similar, los talibanes pidieron a los países islámicos que impidan “la violencia de las fuerzas de ocupación israelíes contra el pueblo palestino inocente”. Trabajando también para “resolver el problema según los derechos legales del pueblo palestino”.
Según Infobai, según el informe más reciente, 60 milicianos de Hamás todavía luchan contra soldados y policías dentro de Israel.
Estado de guerra
Anteriormente, después del devastador ataque, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró la guerra a Hamás.
“Ciudadanos de Israel: estamos en guerra”, dijo Netanyahu en un mensaje a la nación. “Ni en las operaciones, ni en los ‘ataques’, ni en la guerra”, advirtió. Por ello, ordenó la citación masiva de los conservadores.
“Ordené la evacuación de las comunidades donde se habían infiltrado terroristas. Está funcionando. Ordené una amplia movilización de reservas y un fuego de respuesta de una magnitud que el enemigo nunca había conocido. “El enemigo tendrá que pagar un precio sin precedentes”, afirmó el primer ministro.