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Una mujer embarazada de Texas obtuvo este jueves permiso de un tribunal para abortar un feto diagnosticado con un defecto terminal, el primero en ese estado que apela ante un juez después de que la Corte Suprema de Estados Unidos anulara su derecho a interrumpir un embarazo en 2022.
Kate Cox, de 31 años y veinte semanas de embarazo, acudió el pasado martes a los tribunales para interrumpir un embarazo que ponía en peligro su vida.
Los abogados de Cox argumentaron que ella y su marido deseaban desesperadamente tener hijos, pero sus médicos le advirtieron que no era viable y que planteaba riesgos para la salud y la fertilidad de la madre.
En una audiencia de emergencia, la jueza del condado de Travis, Maya Guerra Gamble, dijo que el caso de Cox entraba dentro de una excepción permitida por las estrictas leyes de aborto en el estado republicano de Texas.
La orden de un magistrado protegerá al médico abortista y a cualquier otra parte involucrada en el proceso.
El periódico Texas Tribune citó al juez diciendo en la audiencia: “La idea de que la señora Cox desee desesperadamente ser madre y que pueda perder esa capacidad debido a esta ley es impactante y un verdadero error judicial”.
La oficina del Procurador General de Texas puede acudir a un tribunal superior para impugnar la decisión.
Texas aprobó la ley antiaborto más restrictiva de EE.UU., incluso antes que la Corte Suprema, que en 2022 anuló el derecho de la mujer a interrumpir un embarazo.
En septiembre de 2021 entró en vigor en Texas la “Ley del Latido del Corazón”, que prohíbe los abortos si se detecta actividad cardíaca en el feto, lo que ocurre a las seis semanas de embarazo, cuando muchas mujeres no saben que están embarazadas. Venezuela En Directo