con una Venezuela En Directo

Más de la mitad de las mujeres migrantes en México citan agresiones y amenazas directas como el principal motivo para abandonar su país, por lo que la violencia doméstica también es un factor en su éxodo, según la Organización de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Refugiados (ACNUR).
El fenómeno se evidencia tanto en la frontera norte, en Tijuana, como en la frontera sur, en Tapachula, donde las mujeres dijeron a Venezuela En Directo que huyeron con sus hijos por temor a morir en su lugar de nacimiento.
La hondureña María, quien ocultó su nombre real por razones de seguridad, se encuentra en Tijuana desde hace cinco meses luego de abandonar San Pedro Sula por amenazas de grupos criminales que la extorsionaban por sus negocios.
“Dejar mi país me duele, mi país es hermoso, pero el problema en Honduras es que se está manejando mucho el crimen organizado, hay muchos compatriotas que han dejado su tierra para venir a Estados Unidos”, dijo a Venezuela En Directo.
La mujer aseguró que el viaje fue difícil porque mientras viajaba en autobús desde Monterrey, en el norte de México, agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) amenazaron con llevarse a su hija y realizarle pruebas de ADN.
“Lloré al Señor para que me soltaran y me soltaran y vi la mano de Dios en esa ocasión porque me acusaron de traer a mi hija para trata de personas, que vine a venderla a Tijuana”, relató María.
Entre el abuso y la desprotección
El ‘Informe de Seguimiento de la Protección en México 2023’ publicado por ACNUR esta semana también reveló que casi un tercio de los migrantes en el país necesitan protección, especialmente las madres (13% del total), sobrevivientes de abuso físico, sexual o psicológico. (13% del total de personas), 6%) y mujeres embarazadas (4%).
Pero en lugar de asilo, más de la mitad de las personas entrevistadas por ACNUR en el norte de México, el 56%, reportaron haber experimentado algún tipo de abuso como robo (27%), extorsión (17%) e intimidación física o (15%) durante el tránsito. .
Para este país.
Mientras tanto, en la frontera sur, el Centro para la Dignidad Humana (CDH) estima que el 70% de los migrantes ha experimentado algún tipo de violencia en su vida.
“Son vulnerados, (sufren) todo tipo de abusos primero por parte de nuestras autoridades. Podemos decir que es agresión, violencia, es un delito grave. Muchas mujeres huyen de sus maridos que las violan sexualmente, aunque los utilicen como negocio”, dijo a Venezuela En Directo Elizabeth Jiménez, secretaria de la CDH.
Una de ellas es Arlie Harlando, una hondureña que dice haber sufrido violencia por parte de las autoridades mexicanas mientras viajaba con sus hijos primero por el estado de Chiapas y luego por Oaxaca, desde donde fueron deportados de regreso a Tapachula (Chiapas).
“La verdad es que nos tratan mal”, dijo. “Te vas del país porque la situación allí es difícil y hay mucha delincuencia, venimos en las peores condiciones y para darle un futuro a nuestros hijos venimos buscando la muerte”, dijo a Venezuela En Directo.
Sin embargo, la salvadoreña Andrea García enfrentó abusos en México luego de huir de su país por la inseguridad y la violencia sexual de su pareja, quien “no la dejaba en paz”.
“Que una mujer tenga valor es un acto de rechazo (de las autoridades mexicanas). Nos aceptan, ser inmigrante no significa ser menos que ellos, todos somos iguales”, afirmó.
Los inmigrantes mexicanos también son víctimas de la violencia
Las mujeres mexicanas también han sido desplazadas por la violencia, como lo demuestran las historias de mujeres del estado de Michoacán que ahora buscan refugio en Tijuana mientras buscan asilo en Estados Unidos.
Mónica Núñez salió hace cuatro meses de su ciudad natal con sus dos hijos y una hija, todos menores de edad, porque tras presentar una denuncia por agresión fue amenazada.
“La fuerza viene de los hijos, porque uno siempre quiere darles lo mejor, para que no caigan en las garras de la delincuencia”, afirmó.
Una opinión con la que coincidía Carla, también michoacana, que abandonó su pueblo con sus dos hijos pequeños tras el asesinato de su marido y su suegro.
“Salir sola con mis hijos es una experiencia muy poderosa, dolorosa y triste. Mi esposo era el sostén de mis hijos, pero al final del día, por tus hijos, tienes que hacerlo (lucha y transición)”. ella dijo.
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