“La única manera de explicar tal escasez es que desde hace mucho tiempo existen redes compuestas por fuerzas militares y civiles, dedicadas a un enorme comercio de armas utilizando las armas legales del Estado colombiano”, afirmó el jefe de Estado. .
Las inspecciones que revelaron la desaparición de las municiones se realizaron en el norte del país, en el central departamento del Tolima, en el Fuerte Tolemaida y en la base de la Décima Brigada del Ejército.
Faltan 746 granadas 81 milímetros en la base de Tolemaida; 3.712 granadas de mano M-26; 2.880 granadas de 40 milímetros; 1.590 granadas de 60 milímetros; 797 granadas de eslabón de cadena de 40 milímetros; 8.203 municiones calibre 7,62; 41.745 municiones calibre 5,56; 131.577 municiones calibre 7,62 y 626.614 municiones calibre 5,56.
“Como pueden ver, hay más de un millón de cartuchos perdidos sólo de munición 5.56”, dijo Petro, subrayando la magnitud de las desapariciones. El ministro de Defensa, Iván Velásquez, y el comandante militar, general Hélder Giraldo Bonilla, acompañaron al presidente en el comunicado.
Destinos probables según el Presidente
Petro ofreció una explicación sobre el posible destino del arma desaparecida. Según él, las redes que acusaron que las armas fueron vendidas “a grupos armados en Colombia” o quizás “en conflictos extranjeros, el más cercano a Haití”.
La proximidad de Haití a la base de la Brigada 10 en la región caribeña de Colombia es una razón clave para esta afirmación, ya que ese país está a “horas en lancha rápida” de la base.
El presidente lamentó que “con estas mismas municiones se estén hiriendo y matando a los mismos militares”. Además, enfatizó que continuarán realizando inspecciones similares en otras bases de Colombia. “Estas bandas deben ser destruidas”, insinuó.