Hasta este lunes deberían llegar a Miraflores más de 4.000 hojas de examen con respuestas a dos preguntas del cuestionario que lanzó a los cadetes de las 12 academias que participan en los ejercicios militares realizados en El Pao.
“Esta tarea les dejo a ustedes…”, dijo Maduro, de pie frente a una multitud de cadetes de la academia militar, que se entrenaban en una gran explanada de la llanura de Cozedes. Y como no pudieron escribir las dos preguntas del examen corto que les dio el Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, se metió entre bastidores para asignarles a los rectores de las academias que les copiaran. Y en especial el Mayor General Félix Osorio, Rector de la Universidad Bolivariana de Venezuela.
“Estamos formando la nueva generación de soldados venezolanos”, afirmó el jefe de Estado, vestido como un militar más.
Pero el presidente dejó claro a los cadetes que las dos preguntas que les dejaría responder en la prueba corta, minutos antes, las dijo el alto mando militar que lo acompañó a visitar el campo de entrenamiento “José Lorenzo Silva”, entre a ellos. Vladimir Padrino López (Ministro de Defensa), Domingo Hernández Larez (Comandante Estratégico Operacional), Elio Estrada Paredes (Comandante de la Guardia Nacional Bolivariana).
Y luego señaló la primera pregunta para los cadetes. “¿Cómo se formó el ejército?” Un profesor, en calidad de formador, hizo una breve introducción a la causa del principal problema del Estado. “De dónde sacaron los caballos, las mulas, de dónde sacaron la logística, las armas”, dijo Maduro, en referencia a los detalles a responder en esa primera pregunta de la prueba.
Para aclarar esta pregunta, Maduro tomó el micrófono y se acercó a los cadetes que estaban frente a él. “¿Cómo fue posible construir el ejército más mortífero de Sudamérica en tan poco tiempo?” Y para poner un ejemplo de ello, Maduro recordó “cómo se conquistó Margarita, con piedras, con cuchillos, con palos… para que fuera el primer territorio insular libre…”. En alusión específica a la Batalla del Presidente Juan Griego (8 de agosto de 1817) cuando el mariscal español Pablo Morillo invadió la Isla de Margarita. Y aunque Morillo salió victorioso de aquella batalla, no dejó de reconocer la fuerza del ejército patriota, que, según sus memorias, “presentó el ataque al fuerte (Fortín de la Galera) en un aspecto de lo más temible”. El militar español dedicó varios párrafos a describir la batalla que Maduro trajo a la memoria de los cadetes a quienes explicó los detalles de la primera pregunta de la prueba. Morillo se refirió a las fuerzas patriotas como “hombres feroces y crueles… famosos y célebres, el terror de la costa venezolana… que lanzaban grandes piedras con tan sangrienta y decidida determinación”.
En resumen, Maduro planteó la primera pregunta de la prueba: “¿Cómo resolver (en el caso de una agresión antiimperialista, una provocación) toda la logística de ganar la guerra?”. una pregunta abierta. “La logística en el terreno, una idea que aprendí de Chávez en 1995”, comentó Maduro, quien llamó a los cadetes a enfrentar al enemigo “y romperle los dientes… para dejar a Venezuela indefensa”.
“Hay que respetar esos uniformes, esas armas, que son los uniformes y las armas de Venezuela, del pueblo, porque ustedes son el pueblo”, dijo Maduro mirando a los cadetes, recordándoles que no vienen de lo que ellos llaman. apellido En cambio, les dijo que “son cadetes del hombre común”.
Segunda pregunta
La segunda pregunta también sacó a relucir un contexto que Maduro condensó en el término “antiimperialismo”.
“¿Por qué el ejército venezolano tiene un carácter original, antiimperialista y anticolonial?” Maduro dejó una tarea a los cadetes, la cual explicó, “hay otros ejércitos que tienen carácter imperial como el Reino Unido y el Reino Unido.
El Presidente quiere leer las respuestas a dos preguntas. Y espera que lleguen este lunes.
Al final de su conversación, se escuchó una voz femenina gritar “Boommmbaaaa”, la señal para romper filas y reunirse alrededor del jefe de Estado con un coro propio de un ejercicio militar. Como si estuvieran haciendo jogging por Los Próceres por la mañana, por ejemplo. “Heredamos la gloria de Bolívar / Esta es la unión cívico-militar…”.
Los cánticos terminaron y Maduro caminó hacia el auto Tuna que cruzó el centro de entrenamiento y combate “José Lorenzo Silva”. Pero antes de tomar el volante se tomó varias fotos junto a su esposa Celia Flores con los integrantes que lo convocaron a la cancha. “Aquí está la milicia del presidente”, gritó un miliciano. “Venid para acá”, respondió Maduro, quien ya había visitado varias estaciones para presenciar maniobras en las faldas del monte Tiramuto, que significa “fortaleza” en lengua indígena y donde los cadetes luchaban contra bandas que buscaban robar secretos militares. La puesta incluyó un monólogo de Ezequiel Zamora, asesinado el 10 de enero de 1860 en San Carlos (Cozedes).
Tomando el camino rural con sus polvorientos campos de palma, apamate y caro, se dirigió a San Carlos donde lo esperaban los simpatizantes de Redoma del Ame. Le tomaron fotografías, le entregaron cartas y corearon “Vamos Nico”, con Iris Varela y Sandra Oblitas (Enlace del PSUV y Madrina de Kozedes) como sus principales agitadoras. Pasó nuevamente por Tinaco, donde a las 16 se bajó del auto y se puso el capó para recibir a la multitud que lo esperaba en la Plaza José Lorenzo Silva. Ya por la tarde, cuando Maduro regresó a la ciudad, sus seguidores todavía estaban refugiados en sus equipajes a lo largo de la carretera principal esperando a ver si el presidente los saludaba nuevamente. Extendió la mano y les agitó el puño, lo que hizo que los hombres de las llanuras gritaran.