La región del Darién, situada en la frontera entre Panamá y Colombia, se ha convertido en los últimos años en uno de los pasos migratorios más complejos y peligrosos del mundo.
Sólo en lo que va de 2024, esta densa e inhóspita selva ha visto a cerca de 120.000 personas en su camino hacia Estados Unidos, según la Oficina de Migraciones de las Naciones Unidas, muchas de ellas menores de edad.
Y también se ha estimado que, sólo en 2023, 34 migrantes murieron a causa de la miseria de la selva.
Para el presidente electo de Panamá, Raúl Mulino, esta situación debe cambiar y al lanzarse como candidato prometió frenar el paso de migrantes por esa parte de su país.
“Vamos a cerrar Darién y vamos a repatriar a todas estas personas como corresponde, respetando los derechos humanos”, dijo Mulino a mediados de abril, en plena campaña electoral.
“La frontera de Estados Unidos se ha trasladado a Panamá en lugar de Texas. Entonces tenemos que hacer un trabajo tripartito (entre Estados Unidos, Colombia y Panamá) y hacerles entender que Panamá no es un país de tránsito de migrantes”, agregó en el evento.
Pero esta semana volvió a enfatizar el tema. Durante la ceremonia de entrega de las cartas credenciales que lo acreditan como presidente electo, Mulino -quien fue ministro de Seguridad en el gobierno saliente- reiteró su deseo de limitar los cruces fronterizos por la selva.
“Panamá -y nuestro Darién- no es una ruta de tránsito. No señor, es nuestra frontera”, puntualizó.
“La gente de allí y la gente que quiere venir saben que la gente que viene aquí volverá a su país de origen”, añadió Mulino.
Sin embargo, la tarea que prometió durante la campaña puede resultar más complicada de lo que parece. Varios analistas consultados por BBC Mundo señalaron que la idea de “cerrar el Darién” no sólo es improbable, sino que pone en riesgo la vida de miles de personas que cruzan cada día esta región selvática.
Diego Chávez-González, gerente senior del Policy Institute, dijo a BBC News: “Veo la propuesta no muy efectiva porque por cada punto que se cierra, pueden surgir tres nuevos, no silenciosos y enormes, pero sí más peligrosos”. Mundo Migración (MIP), con sede en Washington.
“Detener la inmigración de esta manera es algo que nos deja la experiencia de los flujos migratorios en América Latina, lo que podría ser un error. Al contrario, lo que ha servido es la apertura de puntos oficiales que faciliten estos procesos”, añadió.
cerrar el bosque
Según la Agencia de las Naciones Unidas para la Migración en Panamá, cerca de 500.000 personas cruzaron el Darién en 2023, una cifra récord.
Aunque se trata principalmente de inmigrantes venezolanos, colombianos, ecuatorianos o chinos, lo cierto es que son miles y cada día personas de 70 nacionalidades que pasan por esta densa selva.
Muchos de los inmigrantes llevan consigo a sus hijos en grupos familiares. De hecho, Naciones Unidas informó esta semana de que el número de menores que viajan por estos bosques ha aumentado un 40% respecto al año anterior.
También llamada “La Brecha del Darín”, esta región tiene unos 500 kilómetros cuadrados de extensión, donde la ruta transcontinental Panamericana está bloqueada y no existe un camino abierto de Colombia a Panamá.
Y es precisamente la geografía lo que hace que la propuesta de Mulino de cerrar el Darién como ruta migratoria parezca impracticable para muchos.
“Es una selva cerrada, sin puntos de entrada ni de salida y donde el flujo de personas no sólo es irregular, sino también en números que superan a la población de la zona donde son recibidos”, dijo Giuseppe Mundo, jefe de la misión de la Oficina de Migración de las Naciones Unidas en Panamá.
Loprete señaló que el gobierno panameño saliente del presidente Laurentino Cortizo ya había intentado hacer algo similar, pero ante el fracaso de la medida tuvo que reautorizar el paso por el Darién.
“No hemos visto un plan del presidente electo que realmente hable de algo específico, pero cualquier acción que se tome en Darién requiere no sólo de muchos recursos logísticos, sino también de un diálogo con otros países de la región”, señaló.
Pero algunos analistas defienden la idea de un presidente electo, o al menos, no la descartan del todo.
Para el analista político panameño Rodrigo Noriega, lo primero que hay que recordar es que Mulino es un experto en temas de seguridad fronteriza y su propuesta de cierre no debe tomarse al pie de la letra.
“No necesariamente requiere un cierre físico, puede haber un cierre policial, o el uso de barreras naturales, o mecanismos de monitoreo electrónico. Hay un portafolio de medidas disponibles”, dijo Noriega al periódico panameño Viaje de las Américas.
Noriega considera que la propuesta del presidente electo tiene más que ver con la idea de crear un diálogo regional.
“Esto es un reflejo de un Panamá frustrado por las quejas sobre el trato a los migrantes, y esta posición le permite abrir un diálogo con otros países para tomar medidas responsables que estimulen flujos migratorios más sostenibles”, añadió el analista.
exilio
En ese sentido, el tema más concreto que escuchó del presidente electo es el tema de la repatriación o deportación de inmigrantes.
“Para hablar de repatriación, primero hay que tener la aprobación de los países a los que se va a enviar a los inmigrantes. Recordemos que no se trata sólo de Colombia o Ecuador, sino de países tan lejanos como China o países de África. Sin él, es imposible pensar en un proceso que no sólo es complicado, sino que además cuesta mucho dinero”, afirma Loprete.
Según Irene Cabrera, codirectora del Observatorio de Migraciones de la Universidad Externado de Colombia, La idea de la repatriación como posible solución al flujo migratorio en Darién es, cuanto menos, “un eufemismo”.
“Es muy difícil enfrentar apelaciones de personas que regresan en la frontera cuando se sigue el debido proceso. Y para cumplir con esto, el gobierno panameño debe poner toda su disponibilidad logística al servicio de este método”, le dijo Cabrera en conversación con BBC Mundo.
Panamá cuenta con el Servicio Nacional de Fronteras, el Senafront -un tipo de fuerza armada que controla la frontera- y oficinas de migración para atender los flujos migratorios.
“La propuesta tiene un efecto populista, que es muy probable que no se consiga, lo que conlleva un riesgo: el aumento de la xenofobia dentro del país y la continuación de la estigmatización de la población inmigrante, lo que dificultará su ya precaria situación. Dijo Cabrera.
Además, el académico sostiene que el tema migratorio no puede subordinarse a promesas de campaña.
“Este año hay elecciones en Estados Unidos, México, Venezuela y ya se realizaron en Panamá. Es decir, dentro de unos meses toda la política migratoria de la región puede cambiar y afecta principalmente a los migrantes”, añadió.
Carolina Jiménez, presidenta de la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (Ola), dijo que el gran problema de la propuesta de Raúl Mulino es que podría caer en una violación sistémica de los derechos de los inmigrantes.
“No se puede cerrar la jungla. Y ante la propuesta de repatriación, se corre el riesgo de caer en una deportación masiva que va en contra del derecho internacional humanitario y, sobre todo, no soluciona en absoluto el problema migratorio en Darién”.
crimen organizado
En los últimos cinco años, la inmigración a través del Darién ha aumentado exponencialmente.
Lo que antes tomaba cinco o seis días para viajar, ahora a los migrantes les toma tres días debido a la apertura de caminos a través de la selva. Sin embargo, todo este viaje está controlado por organizaciones criminales que explotan a los migrantes.
En cuanto a Lopret, antes de cerrar Darién o avanzar con la repatriación de inmigrantes, debemos luchar contra estas pandillas que operan allí.
“El flujo de migrantes por la región es una fuente de riqueza tan grande para estas empresas que, ante cualquier cierre o proceso de deportación masiva, tendrán que buscar otras alternativas para no perder su negocio”, afirmó el Funcionario de la ONU.
Aunque no hay cifras exactas, el gobierno colombiano ha señalado que el negocio podría generar una facturación de alrededor de 30 millones de dólares al año.
El gobierno estadounidense firmó recientemente un acuerdo con Colombia, Guatemala, Costa Rica y Ecuador en un programa denominado “Movilidad Segura”.
La iniciativa, apoyada por Naciones Unidas, tiene como objetivo brindar a los migrantes un paso seguro a través de varios países en su camino hacia Estados Unidos con el apoyo de las oficinas de los países firmantes.
“Este programa es una buena opción para ayudar a mejorar la situación migratoria en Darién. “Se ha demostrado que la creación de puntos de atención oficiales ayuda a mejorar la situación regional”.dijo Chávez-González del MIP.
Para Cabrera, la solución pasa por regularizar la situación de los migrantes que pasan por Panamá mediante la emisión de visas de tránsito.
“Esto de alguna manera evitará intermediarios que normalmente están controlados por grupos criminales en la frontera. El papel de Panamá en este tema no puede ser tal que sólo mueva migrantes de una frontera a otra”, señaló.
Cabrera también dijo que las políticas propuestas por Mulino van en contra de lo que otros países están haciendo en temas como inmigración y fronteras.
“Estados Unidos está buscando otras formas de afrontar su crisis migratoria en la frontera sur, con un enfoque más abierto, individualmente para tratar con refugiados, personas que buscan protección internacional o aquellos que simplemente buscan un mejor futuro económico”, concluyó el académico. .