En un ambiente de anticipación y tensión, comenzó hoy en Caracas la esperada reunión extraordinaria entre el gobierno y la delegación del Ejército de Liberación Nacional (ELN). El encuentro, previsto para el próximo sábado 25 de mayo, marca un hito en la búsqueda de una solución pacífica al conflicto que caracteriza a Venezuela y la región desde hace décadas.
El objetivo de esta reunión, tal como se expresó en comunicados anteriores emitidos por ambas partes, es adoptar el informe ejecutivo sobre el modelo de participación, plan nacional de participación y recomendaciones. Se espera que este sea el primer paso hacia la firma del acuerdo sobre el primer punto de la agenda de diálogo, que menciona específicamente la participación de diferentes sectores en el proceso de paz.
Sin embargo, a pesar de la voluntad declarada de ambas partes, el ambiente en la mesa de diálogo sigue tenso, principalmente por el reciente diálogo que el gobierno ha sostenido con los Comuneros del Sur, frente escindido del ELN y que opera en Nariño. Esta situación ya ha pospuesto la séptima ronda de conversaciones prevista para el 12 de abril.
Los secuestros de tipo extorsionista por parte del ELN también han generado preocupación y han añadido complejidad al proceso. Aunque la guerrilla justificó la medida por el supuesto fracaso del gobierno a la hora de crear un fondo de donantes múltiples para el proceso de paz, las autoridades dejaron claro que no se asignarían recursos a la organización mientras mantuviera sus armas.
Paula Marín, investigadora de Línea de Paz, Posconflicto y Derechos Humanos de la Fundación Paz y Reconciliación (Peres), destacó la importancia del encuentro previsto para los días 20 al 25 de este mes. Esta reunión, en primer lugar, sirve como sede para la ratificación de acuerdos previamente alcanzados por el Comité Nacional de Participación, siendo el primero de los puntos establecidos en el Acuerdo de México. Marín explicó que este comité es muy importante, pues representa el primer foro donde están presentes representantes de diversas organizaciones sociales a nivel nacional así como representantes del ELN. Asimismo, señaló que se han estado reuniendo a nivel local y regional y a través de esta secretaría técnica han podido elaborar el documento del Comité Nacional de Participación, que fue dado a conocer recientemente.
Marín también destacó la importancia de la próxima reunión en Caracas, Venezuela. Además de servir como un momento para ratificar el acuerdo, se espera que sea una oportunidad para abordar las crisis recientes, especialmente las relacionadas con el tema de los secuestros. Son de gran relevancia la decisión del ELN de retomar este ejercicio con fines extorsionadores, así como la fractura ocurrida con el Frente Comuneros del Sur en Nariño. Se espera que este encuentro sea un escenario propicio para la reanudación de las conversaciones sobre el tratamiento de los contactos entre la delegación del ELN y el Gobierno.
Pese a estos desafíos, representantes gubernamentales, representantes de países garantes, aliados y representantes de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas se reunieron este fin de semana en Caracas con la esperanza de alcanzar un acuerdo histórico. El senador Iván Cepeda, representante del gobierno en la mesa de diálogo, reiteró el compromiso de su país con el proceso de paz. “Esperamos que el 25 de mayo por primera vez se pueda firmar un punto de agenda con el ELN”, dijo Cepeda en declaraciones al medio W Radio.
Un elemento central de estos debates es el papel de la sociedad civil, cuya participación activa será esencial para construir un futuro de paz duradera en la región. El acuerdo, que se espera sea firmado, abrirá formalmente la puerta a la participación de la sociedad civil en el proceso hasta mayo de 2025. Con base en los aportes de los participantes, se desarrollará un plan de transición que aborde los cambios necesarios para superar. conflicto armado.
A medida que se desarrollen los próximos días de conversaciones en Caracas, los ojos de la comunidad internacional estarán centrados en el progreso de esta reunión histórica, que podría marcar el comienzo de una nueva era de paz y reconciliación.