Los productores se negaron a darles trabajo porque señalaron que habían sido víctimas de robos y presenciaron peleas callejeras. La Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas protege a estos ciudadanos y limitará la actuación de las autoridades.
San Cristóbal. Más de 40 personas de etnia wayuuDesde el estado de Julia, recorre las calles de Coloncito en el municipio de Panamericano al norte del estado Táchira. Los vecinos de la zona expresan su enfado por la situación.
Y este grupo, en su mayoría hombres, llegó a la ciudad hace unas semanas. Los wayuu duermen en las calles, piden limosna y, además, hacen sus necesidades en espacios públicos a cualquier hora del día, violando con ello las normas de convivencia civil, explicaron los vecinos afectados.
Antonio Briceño tiene un negocio en la calle 5 de Coloncito Aseguró que todas las mañanas debe lavarse frente al negocio, por el fuerte olor a orina, ya que algunos duermen afuera de su negocio.
Destacó que la llegada de estos ciudadanos provenientes de La Guajira y otros del municipio de Santa Cruz de María en la región de Julia generó varios Perturbación del orden público. Explicó que en cualquier momento del día comenzaron a discutir y luego terminaron peleando.
Los dos se agarraron en la calle el pasado fin de semana, la pelea fue grabada por transeúntes. “Esta no es la primera vez y dudo que sea la última, ya que esos indígenas son muy agresivos”, dijo.
“No los queremos aquí”.
Esta gente no tiene hogar. Han tomado el parque, la plaza como su hogar. Incluso el transporte público para. Piden comida en las esquinas, en los autobuses o a los transeúntes.
Esto generó rechazo comunitario Y solicitaron a la alcaldía panamericana y al concejo municipal que los expulsaran de la ciudad.
Los productores de estas jurisdicciones se niegan a contratarlos porque han tenido malas experiencias.
José Rafael Pérez, propietario de una finca en la zona, dijo hace semanas que quería ayudar a uno de ellos con un trabajo. Pero su estancia en la unidad de producción no duró más de dos semanas. Alegó que esto se debía a su “maldad”.
Al igual que Pérez, otros productores hicieron lo mismo y “no les fue bien”. Explicaron que no querían realizar las tareas asignadas ni ingerir bebidas alcohólicas durante la jornada laboral.
“No queremos a esta gente aquí. Queríamos ayudarlos, pero no hacen su trabajo y ahora se han convertido en un problema social para el municipio”, afirmó.
En otras granjas afirman que los tribales roban herramientas y luego las venden. Dicen que utilizan este dinero para consumir drogas o chantajear.
Beber y robar
El concejal José Mora expresó su preocupación por esto Estado de las tribus, pues hay muchas denuncias a través de redes sociales y organizaciones afines. Dijo que más de una docena de borrachos y otras personas cometieron robos y robos.
Destacó que hace varios meses un grupo de 16 personas buscó rehabilitarse y fueron trasladados a un centro de rehabilitación en La Fría en el municipio de García de Hevia. Hoy sólo quedan ocho personas, el resto ha abandonado el lugar.
El síndrome de abstinencia es muy fuerte, por eso no se quedan y deciden regresar a nuestra ciudad a continuar con su estilo de vida”, dijo.
Si bien la permanencia de estas etnias genera malestar en Coloncito, destaca que están amparadas por leyes orgánicas indígenas y comunitarias. El dispositivo prohíbe a las fuerzas policiales realizar determinados procedimientos que vulneren sus derechos.