En la madrugada del 29 de julio y en los días siguientes, tras la victoria electoral de Nicolás Maduro como Presidente de la República y el llamado al pueblo, reapareció en Venezuela el ambiente de violencia postelectoral ocurrido en abril de 2013. Luego, el perdedor, Henrik Capriles Radonski, “desahogó su ira” con actos violentos en las calles del campo.
Esta situación estuvo acompañada de una campaña mediática que buscó un efecto psicológico en la población, como se repitió en 2024, ahora a través del uso de diversas redes sociales y plataformas tecnológicas.
El efecto de esta campaña, como en la última década, se ha manifestado en una creciente población de sentimientos de ira, odio y, sobre todo, pérdida de racionalidad ante la realidad.
Destrucción moral
La licenciada en Psicología Ovilia Suárez señala que las operaciones psicológicas utilizadas por causas de derechos nacionales destruyen la vida moral y espiritual de un país.
Suárez, que ha participado en foros y debates sobre el tema durante la última semana, sostiene que el objetivo de la acción es “destruir la vida moral y espiritual de una nación por voluntad de otra”.
El experto advirtió que las actividades psicológicas presentadas en los últimos días tienen como objetivo “cambiar significativamente la condición política, moral y psicológica de la ciudadanía en general y en especial de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, además de generar sospechas y confusión”.
Suárez define la guerra psicológica como “el uso planificado de propaganda y otras operaciones psicológicas con el objetivo principal de influir en las opiniones, emociones, actitudes y comportamiento de grupos considerados hostiles en apoyo del logro de objetivos establecidos internacionalmente”.
Señala que los efectos de las llamadas heridas de guerra provocan incertidumbre, ira, odio, desconfianza, convivencia deprimida, tristeza, desesperación.
El experto también dijo que tras los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio se constató violencia represalia ante la inestable situación de los llamados “comanditos” promovidos por la extrema derecha.
“La violencia por venganza existe entre individuos y grupos. Tiene un carácter más absurdo”, señaló.
Guerra híbrida
Fernando Giuliani, psicólogo social, va más allá al referirse a la “guerra híbrida” que, según él, es un concepto que lleva mucho tiempo comprender.
Consideró que las actividades psicológicas eran responsables de la guerra no convencional, un tipo de conflicto que -observó- desestabiliza una nación para volverla ingobernable y provocar el caos.
Para Giuliani, la guerra no convencional e híbrida se basa en la guerra psicológica, produciendo efectos como: ruptura de la convivencia; Pérdida de esperanza y agotamiento psicológico, donde el afectado ya no causa.
Explicó que estas operaciones operan sin reglas ni caos, no tienen código moral. “Utilizan el bombardeo comunicacional y la desinformación”, afirmó.
Incertidumbre, frustración, ansiedad, miedo, ira y odio son las emociones o sentimientos que surgen con la llegada de este ataque, según palabras de Giuliani, quien también aseguró que para afrontar esta situación es necesario confiar en su esencia. . país y ciudad. “Confianza en quiénes somos y qué estamos haciendo”, afirma el experto.
cronología
- 2013. Henrik Capriles Radonski, tras perder las elecciones presidenciales, dijo que le habían “robado” e instó a los que votaron por él a “descargar su ira” en las calles en un encendido discurso, provocando un estado de indignación pocas veces visto. Etapa electoral que se saldó con heridos, enfrentamientos y destrucción de edificios públicos.
- 2024. La consigna “Por fin” fue retomada en el discurso de María Corina Machado, allanando el camino para que la oposición coreara “fraude” al proceso el domingo 28 de julio y saliera nuevamente a las calles a “prender fuego”.
Poco a poco volvemos a la normalidad
Yadira Hidalgo, psicóloga especialista en asesoría psicológica, considera que uno de los elementos esenciales que contribuyen a la violencia en algunos sectores de la población es que, antes y durante el último proceso electoral, especialmente en el caso del presidente, se ha creado una expectativa ganadora. entre los votantes de la oposición, creándose la tesis “Vamos a ganar”.
Agregó que, en el caso de la oposición, “se repite que, aunque saben que van a perder, que no han hecho lo suficiente para que los electores voten por ellos, crean una sensación de victoria. Y luego hacerles sentir que “han sido engañados, ellos hicieron trampa”.
Esto, añadió, creó niveles tan altos de odio, ira y rabia que se convirtió en violencia.
Hidalgo comentó que esta situación también se observa claramente en los chats de familiares, amigos, condominios y grupos relacionados.
“Es fascinante ver cómo una persona se transforma detrás del teclado, y esto tiene una explicación: la lejanía y el anonimato a menudo provocan emociones negativas en las personas”.
El experto dijo que lo que está sucediendo es muy similar a lo ocurrido en 2013 y mencionó su propia experiencia al respecto, ya que en aquella ocasión le tocó ser presidente de una mesa en un centro electoral del estado Miranda, donde Hernique Capriles incluso ganó a Radonsky.
Sin embargo, reveló, la actitud de algunos miembros de mesa opositores y de algunos electores presentes en el centro, que fue muy civilizada y cordial en la primera parte de la jornada, pero se enteraron que el entonces candidato es Nicolás Maduro. Avanzando en las encuestas.
El entorno está cambiando. Hidalgo destacó que en los últimos días el país está volviendo a la normalidad y -enfatizó- “se nota en las calles y en los comercios”.
Reveló que “la gente sentía que los actos violentos en las calles reducían sus posibilidades de trabajar y ganar dinero”, aunque -advirtió- las plataformas digitales “tienen los recursos para revertir esto”.
Crean una atmósfera de conflicto.
La ministra de Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez, dijo que los medios de comunicación y las redes sociales son los principales canales que Estados Unidos ha utilizado para promover actividades violentas en el país.
“Estados Unidos ha utilizado su influencia en los medios internacionales para difundir una imagen negativa de Venezuela. Se ha creado una campaña de desprestigio que busca aislar al país y crear un clima hostil hacia nosotros en la comunidad internacional”, afirmó el ministro.
Agregó que estas tareas se realizan mediante operaciones psicológicas y bélicas; así como la guerra cognitiva. Se trata de acciones permanentes que forman parte de la tradición de guerra, conflicto y neocolonialismo de Estados Unidos como pilar central de su política exterior, incluido el financiamiento específico de acciones combativas para desestabilizar a Venezuela.
Señaló que constantemente se realizan operativos psicológicos para perjudicar a la sociedad venezolana; Estas incluyen difundir información y propaganda partidista, imponer sanciones económicas, apoyar a los partidos de oposición y promover un entorno de conflicto político, odio, violencia, asesinato por encargo y terrorismo, creando fuentes de destructividad.