Por María Laura García
Por supuesto si eres de los que se quejan, porque nunca te paras a pensar cómo puede afectar negativamente a tu vida, lo que te puedo asegurar es que debes estar cansado e impotente al final de tu día.
Piénsalo, después de estar todo el día quejándote de todo, ¿no te aburres y no quieres ni hablar?
Analiza y se sincero pasas mucho tiempo centrándote en lo que falta, lo feo, lo malo? Y es más, no actúas ni avanzas para cambiar o mejorar, porque sólo criticas.
Sé que no lo vas a adivinar, pero terminas convirtiéndote en el tipo de persona que yo llamo “nube oscura”.
Hoy te hablaré de por qué esta estrategia no es nada inteligente, a ver si te animas a cambiarla.
¿Cómo se plantean las denuncias?
De situaciones que crean frustración e insatisfacción personal, consciente e inconsciente, que crean malestar real o irracional y como resultado, sientes la necesidad de aliviar la ansiedad y quejarte es la forma de escapar. Además, sin duda, las quejas son una herramienta que consigue una atención exclusiva y con ello reduce tu frustración.
Pero, además, también se trata de ese ego poco convencional que te lleva a acaparar la atención dando patadas constantemente.
Puedes sentir que el mundo gira a tu alrededor y si tus expectativas no se cumplen como sueñas, te quejas y como nunca eres feliz, siempre te quejas.
¿Están contentos los que se quejan?
Después de lo que te dije, creo que el que se queja constantemente no es feliz, porque no hay nada que lo llene y vive desde el punto de vista de la carencia que es “insatisfecho” ¿y los que te rodean? En cierto modo, pide ayuda porque no sabe cómo afrontar su situación y sufre por ello. El quejoso sólo quiere ser feliz contagiando esa energía negativa a los demás. Y lo peor es que no debes ser una persona agradable para nadie, y por la energía con la que vibras lo que atraes es igual o peor, es como una especie de círculo vicioso. Y no lo puedo imaginar, la ciencia lo confirma. Peor aún, quizás las cosas malas que ves estén sólo en tu cabeza y sean lo que tú creas para ti y para quienes te rodean.
Una estrategia imprudente, insisto, ya que cuanto más se queja, menos feliz será.
Eres el único que puede hacer algo para cambiar…
Te cuento lo que los gurús de la salud mental y la autoayuda han dicho durante siglos: “Si ves la vida en abundancia o el vaso medio lleno, todo cambiará”.
Antes de criticar o quejarte de cualquier cosa, empieza por morderse la lengua. A partir de ahora, intenta centrarte en lo positivo, por pequeño que sea, y agradece.
Rodéate de personas solidarias que ayuden a los demás y hagan lo mismo, para que recibas amor y gratitud, lo que te hará sentir valorado y apreciado.
Si eso no te anima a hacer algo con respecto a tu negatividad, al menos mantén la boca cerrada. Es tu elección y poder hacerlo.
Ojo, porque quejarse también es contagioso. Si alguien viene a compartir contigo sus quejas, simplemente escucha y no te unas ni eches más leña al fuego, no emitas más comentarios negativos al respecto, a menos que lleguen a una conclusión sobre cómo pueden ayudar a cambiar las cosas, pero simplemente “estado de ánimo” de inferencia no del trabajo.
Entiendo que cuando nos quejamos queremos un poco de comprensión o simpatía por parte de la persona que nos escucha, es decir, que se compadezca de nosotros, pero que feo es vivir en “modo víctima”.
Deja de ser el famoso crítico de sillón que se cree dueño de la verdad detrás de las cosas; Pero no hacen nada al respecto, no aportan información para mejorar su entorno, sólo se quejan.
Con esta actitud sospecho que la gente siempre querrá estar contigo y no te evitará. Entonces, presta atención a la forma en que interactúas con las personas que te rodean.
Finalmente…
Como siempre te he dicho, las palabras tienen un gran poder. Cuando piensas o hablas de algo, estás programando y enseñando a tu cerebro cómo pensar y actuar. Cuando sólo te quejas, la bioquímica se transforma en tono, es decir, se combina con la ansiedad, el asco y el estrés, volviendo tu entorno complejo y negro.
Si deja de quejarse y comienza a elegir “pensar positivamente”, tomará mejores decisiones y podrá tomar el control de su futuro para mejor. Piensa y actúa en ansiosa paz.
¿Cómo lograrlo?
Mira, hora tras hora, día tras día, semana tras semana, así es como lo hice. Cada vez que pensaba algo malo bloqueaba mi mente, intentaba reemplazar el pensamiento imaginando lo contrario, y si me provocaba quejarme de algo o de alguien, me mordía el labio antes de decirlo en voz alta. Ella me decía que si no cuadraba “no digas eso” o “cállate que estás más bonita”. Mantengo o comienzo mi conversación para resaltar algo positivo de cualquier cosa, es decir, aprendí a hablar o resaltar lo bueno y si es malo no puedo cambiarlo ni mencionarlo, porque la gente no es tonta y lo nota, así que para hacer el mundo sufre.
Todo lo anterior, hasta que de repente me encontré hablando de todo menos de malo. Incluso aquellos que tienen esta obsesión, o los evito o cambio de tema siempre que puedo; Y nunca me alimento de su negatividad haciendo bromas o arrojando una cerilla a un bidón de gasolina.
Mi invitación es a empezar a prestar atención a las cosas negativas que piensas o dices, para evitarlas siempre que puedas. La idea es que aprendas a ser consciente de cuántas veces te quejas en una hora y además, evitar a las personas que viven de quejarse.
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