El presidente ruso, Vladimir Putin, se reunió con su homólogo mongol, Ukhnagin Khurelsukh, en una fastuosa ceremonia de bienvenida en la plaza central de Ulán Bator, según imágenes de medios oficiales rusos.
Esta es la primera visita oficial de Putin a un Estado miembro de la Corte Penal Internacional (CPI) desde que se emitió una orden de arresto en su contra por crímenes de guerra hace casi 18 meses.
Mongolia, en una situación difícil
Su visita ha puesto a Mongolia en una situación difícil. Los miembros de la Corte Internacional de Justicia deben detener a los sospechosos si se emite una orden de arresto, pero Mongolia es un país sin salida al mar que depende en gran medida de Rusia para obtener combustible y parte de su electricidad. Y no existe ningún sistema para hacer cumplir la orden judicial.
Una guardia de honor vestida con uniformes rojos y azules brillantes, como la guardia personal de Genghis Khan, el fundador del Imperio mongol en el siglo XIII, recibió al líder ruso en una ceremonia en la plaza principal de la capital.
Putin y el presidente mongol, Ukhna Khurelsukh, subieron las escaleras alfombradas de rojo del palacio de gobierno y se inclinaron ante una estatua de Genghis Khan antes de entrar al edificio de gobierno para su reunión.
Secuestro de niños en Ucrania
La Corte Penal Internacional acusó a Putin de secuestrar a niños de Ucrania, donde Rusia lleva dos años y medio luchando.
Antes de su visita, Ucrania pidió a Mongolia que extraditara a Putin a un tribunal de La Haya, y la Unión Europea expresó su preocupación de que Mongolia pudiera no cumplir con la orden.
“Mongolia, como cualquier otro país, tiene derecho a desarrollar las relaciones internacionales según sus propios intereses”, afirmó la portavoz de la Comisión Europea, Nabila Masraly. Pero añadió: “Mongolia ha sido Estado parte en el Estatuto de Roma de la CPI desde 2002, con obligaciones legales”.
Más de 50 rusos en el extranjero firmaron una carta abierta instando al gobierno mongol a “detener a Vladimir Putin a su llegada”. Entre los firmantes se encuentra Vladimir Kara-Murza, quien fue liberado de una prisión rusa en agosto en el mayor intercambio de prisioneros entre Oriente y Occidente desde la Guerra Fría.
El Kremlin no está preocupado
Putin, en su primera visita a Mongolia en cinco años, asistirá a una ceremonia que marcará el 85º aniversario de la victoria en la guerra soviética y mongola contra el ejército japonés que controlaba Manchuria, en el noreste de China. En 1939, miles de soldados murieron en meses de combates en la frontera entre Manchuria y Mongolia.
El portavoz presidencial ruso, Dmitry Peskov, dijo la semana pasada que el Kremlin “no tiene preocupaciones. Mantenemos un excelente diálogo con nuestros amigos mongoles”.
Putin ha realizado varios viajes al extranjero en los últimos meses para contrarrestar el aislamiento internacional por su agresión en Ucrania. Visitó China en mayo, Corea del Norte y Vietnam en junio, y Kazajstán en julio para la reunión de la Organización de Cooperación de Shanghai.
El año pasado, asistió a una reunión en Johannesburgo por videoconferencia después de que el gobierno sudafricano lo presionara para que no asistiera a la cumbre de los BRICS, un grupo que incluye a China y otras economías emergentes. Sudáfrica es miembro de la Corte Penal Internacional.