Este sábado, decenas de miles de franceses respondieron al llamamiento del Nuevo Frente Popular (NFP) para protestar en unos 150 municipios del país.
Las protestas se han organizado en respuesta al rechazo del presidente Emmanuel Macron al nombramiento de Michel Bernier como primer ministro, una decisión ampliamente criticada por la izquierda francesa, que calificó el incidente de “golpe” contra la voluntad popular.
El hombre designado como primer ministro, Michel Bernier, de 73 años, un veterano de la política francesa y europea, ha estado históricamente asociado con el partido de derecha Los Republicanos. Con una carrera que abarca más de cuatro décadas, Bernier ha ocupado altos cargos tanto en Francia como en Bruselas.
Las protestas comenzaron en diferentes ciudades del país. En París, la icónica Plaza de la Bastilla ha sido el punto de reunión, y se espera que más de un millón de personas marchen hasta la Plaza de la Nación.
“No nos rendiremos hasta que sea destituido”, dijo el diputado del NFP Andy Kerbrat, que asistió a una gran manifestación en Nantes, una ciudad en el oeste de Francia.
Aunque la manifestación cuenta con el apoyo de La France Insumés (LFI), el Partido Comunista Francés (PCF) y ecologistas, el Partido Socialista (PS) ha decidido no participar oficialmente. Sin embargo, se espera que algunas secciones locales del PS se unan a la protesta. Por su parte, la Confederación General del Trabajo (CGT) también se ha desmarcado de esta solidaridad, centrando sus esfuerzos en una jornada de huelga interprofesional prevista para octubre.
Paralelamente a la manifestación, la izquierda inició un proceso de impeachment contra Macron en el parlamento, alegando que el nombramiento de Bernier ignoró los resultados de las recientes elecciones legislativas, en las que el NFP emergió como la principal coalición en la Asamblea Nacional.
Con 192 escaños, superaron al partido de Macron, que quedó segundo con 166 escaños, y a la Asamblea Nacional de Marine Le Pen con 142.
El descontento surge en un contexto de profunda polarización. Encuestas recientes muestran que el 74% de los franceses cree que Macron no ha respetado la voluntad expresada en la votación.
A pesar de la incertidumbre política, el nuevo Primer Ministro, Michel Barnier, se enfrenta al desafío de formar gobierno y presentar un proyecto de ley de finanzas antes de octubre, todo ello bajo amenaza de condena de la oposición. Así pues, las próximas semanas serán decisivas para el futuro político de Francia.