La vicepresidenta de Ecuador, Verónica Abad, cree que su reciente traslado de Israel a Turquía pretendía “silenciarla” para no “interferir en la campaña política” del presidente de su país, Daniel Noboa.
“El objetivo final es silenciarme. El gobierno quiere volver a silenciarme para que no interfiera en su campaña política, en la que ya está inmerso. No estaba preparado adecuadamente para mi visita a Turquía. Hemos estado en varias mesas de trabajo donde ha habido abusos administrativos que afectan nuevamente a mi familia”, dijo en entrevista.
Abad explicó que le dijeron que dejara a sus hijos en Israel y se fuera solo a Turquía. “No es cierto que el traslado sea por motivos de seguridad. El gobierno y el canciller mintieron. El equipo diplomático, por ejemplo, decidió quedarse en Israel, mientras que yo tuve que irme solo”, explicó.
El funcionario ecuatoriano se encuentra en Tel Aviv desde diciembre pasado, cuando Noboa, con quien no mantiene buenas relaciones, lo envió como “embajador extraordinario y plenipotenciario”, tras confiarle la responsabilidad exclusiva de “colaborar” para la paz. Para evitar una escalada del conflicto entre Israel y Palestina.
“Lo único que falta es quitarme la vida por ellos”
Hace unos meses, Abad acusó al ejecutivo de “persecución política” y dejó entrever que buscaban destituirlo del cargo para que no pudiera asumir la presidencia cuando se presente a la reelección en los próximos comicios de febrero de 2025.
En la entrevista, Abad destacó que había pedido explicaciones sobre su envío a Turquía, pero no había recibido respuesta. “Estas son presiones para que renuncie y abandone mis responsabilidades. “El temido enemigo, como lo ha descrito el propio presidente, no conoce límites”, afirmó.
El 8 de agosto, el vicepresidente Noboa presentó una denuncia ante el controvertido Tribunal Electoral (TCE) contra la ministra de Relaciones Exteriores de Ecuador, Gabriela Sommerfeld, el viceministro de Gobierno, Esteban Torres, y la asesora presidencial Diana Jácome, alegando violencia política de género.
Abad comentó que “las pruebas son públicas”. “No sé qué más quiere el presidente; Supera cualquier película de terror y terror. ¿Qué más vas a hacer para forzar mi dimisión? No es una cuestión de voluntad, es lo que dicta la constitución. El presidente ha decidido participar como candidato, es su derecho, pero debe renunciar a su cargo, porque la elección debe ser democrática y justa”, opinó.
Y continuó: “Sólo falta que me quiten la vida. Porque no hay otra salida, ni el gobierno noboísta puede idear un sistema para evitarla. No importa cuánto difamen mi nombre y destruyan a mi familia, lo están haciendo. Tiene que ver con el pilar básico de un país que es la democracia.