El gabinete del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Álvarez, está en “contacto constante” con las familias de los españoles detenidos en Venezuela. Una crisis diplomática en la que también intervienen el Consulado de España en Caracas y la Dirección General de Asuntos Consulares.
El Ministerio de Asuntos Exteriores español ya había negado ayer que España estuviera implicada en una operación policial de desestabilización, como había acusado el Gobierno venezolano. El Ministerio de Asuntos Exteriores “rechaza categóricamente cualquier sugerencia” al respecto. Los dos detenidos acusados de terrorismo han sido identificados como los españoles José María Basoa y Andrés Martínez Adame.
Venezuela acusará a España de “proporcionar mercenarios para realizar actos de terrorismo en su país”. El Ministro del Interior de Venezuela, Diosdado Cabello, hizo esta denuncia.
Según él, la operación será liderada por Estados Unidos, y entre sus objetivos estará el asesinato de Maduro. Según Cabello, en esta supuesta operación el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) español iba a atacar el aeropuerto internacional de Myketia, en las afueras de Caracas, donde “iban a desplegarse” mercenarios.
Cabello ya había informado de la incautación de más de 400 armas “transportadas desde Estados Unidos” que iban a ser utilizadas en la operación que se estaba “desintegrando”. Además de los españoles, también fueron detenidos tres estadounidenses y un checo.
El ejecutivo venezolano también dijo que la operación fue liderada por Estados Unidos, cuyo gobierno respondió el sábado que cualquier afirmación de su participación en el complot para derrocar a Maduro era “claramente falsa”.