Venezuela mayoría. .
“Esperamos las elecciones porque si Maduro sale (del poder) nos quedaremos. Pero no pasó nada”, dijo Enrique Dordis, de 46 años, un ex taxista del estado central de Carabobo, que salió de Venezuela la semana pasada con su esposa, su hijo Emmanuel de 8 años y otros cuatro miembros de la familia.
Acurrucado en una tienda de campaña en el campamento de Lajas Blancas, reflexiona sobre los ríos caudalosos y las fuertes lluvias que una vez a la familia le resultó casi imposible cruzar en su caminata de cuatro días a través de la profunda jungla. “El dinero no es suficiente. Te desesperas y buscas un futuro mejor para tus hijos”, afirmó.
El año pasado, más de medio millón de inmigrantes –una cifra récord– cruzaron el Darién de camino a Estados Unidos. Más del 60% de ellos eran venezolanos que huían de problemas económicos y políticos. Aquellos que no emigraron se aferraron a la esperanza de que su país, alguna vez uno de los más ricos de América Latina, algún día se recuperara.
Aunque la inmigración procedente de Venezuela se ha desacelerado a lo largo de la frontera desde niveles récord, los controvertidos resultados de las elecciones de julio y la posterior represión estatal fueron la gota que colmó el vaso, y muchos temen que puedan iniciar una nueva ola de inmigración.
“Nos sentimos muy decepcionados después de las elecciones, que fueron un fraude total”, dijo Rosimer Angulo, una venezolana que se alojaba con otros inmigrantes en un pequeño centro de recepción de la Cruz Roja a la entrada del paso selvático.
Angulo llegó al campamento luego de viajar en bote desde Bajo Chiquito, donde los migrantes hicieron su primer registro ante las autoridades panameñas luego de caminar durante días por la selva.
“Es cada vez más difícil, nuestros familiares se están enfermando”, dijo Angulo, mientras miembros de la Cruz Roja se llevaban a un compañero de viaje en camilla.
Al igual que Angulo, muchos venezolanos que llegaron a Lajas Blancas dijeron que decidieron irse solo después de que las autoridades electorales venezolanas le dieron la victoria a Maduro, a pesar de que los recuentos de votos publicados por la oposición mostraron que su rival ganó por una mayoría abrumadora.
Más de media docena de inmigrantes venezolanos entrevistados dijeron que esperaban un resultado favorable hasta semanas después de las elecciones del candidato opositor Edmundo González, quien desde entonces abandonó el país y se vio alentado por las protestas callejeras encabezadas por la líder María Corina Machado.
“Para nosotros, que vuelva a ganar el mismo gobierno significa que no hay progreso en el país”, dijo Laura Naveda, una migrante que viajaba con 13 familiares, entre ellos varios niños.