Ya como presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo ha dado su primer mensaje de que su gobierno respetará la libertad de prensa, la religión y la libertad sexual: “Quien nos llame autoritarios se equivocaría”.
Prometió autonomía para el Banco de México, promoviendo la inversión pública y privada.
“Tengan la seguridad de que la inversión en nuestro país será segura”, afirmó.
Aseguró que busca un ambicioso programa de digitalización junto con un aumento del salario mínimo.
Defendió la reforma judicial recientemente aprobada, que desencadenó un duelo de consignas en el Palacio de San Lázaro. A favor de la elección de los jueces mediante el voto popular, afirmó, queremos poner fin a la corrupción en el poder judicial. Al mismo tiempo, está decidido a que los derechos de los trabajadores sean protegidos en el departamento judicial.
Dijo que cuando él venga, todos vendrán. Y al mismo tiempo lanzó un poderoso mensaje de justicia para las mujeres. Quería nombrarlo “Presidente”, con una “a” al final, porque “sólo existe lo que se nombra”.
Abogó por que los programas sociales iniciados durante la administración de López Obrador continuaran durante su gobierno. Prometió un millón de casas especialmente para los jóvenes.
También prometió una transición hacia fuentes de energía renovables.
Aseveró que fortalecerá las relaciones con los países latinoamericanos; Quien crea que la transición de la Guardia Nacional al Ejército implica militarización está “equivocado”.
Anunció que la tarde del miércoles viajará a Acapulco: “Apoyaremos a las víctimas de Guerrero y otros estados”.