El cáncer de mama es el segundo cáncer más comúnmente diagnosticado en las mujeres estadounidenses y la segunda causa de muerte por esta enfermedad después del cáncer de pulmón.
Texto: RFI/Venezuela En Directo
Según un estudio publicado el martes, el número de cánceres de mama en Estados Unidos está aumentando rápidamente, impulsado por un aumento de mujeres más jóvenes y estadounidenses de origen asiático, incluso cuando la enfermedad se ha vuelto menos mortal.
El número de casos aumentó un 1% cada año entre 2012 y 2021, en el contexto de una fuerte caída de la tasa de mortalidad, que cayó un 44% entre 1989 y 2022, reveló la Sociedad Estadounidense del Cáncer en su informe bienal.
El cáncer de mama es el segundo cáncer más comúnmente diagnosticado en las mujeres estadounidenses y la segunda causa principal de muerte por cáncer después del cáncer de pulmón.
Aproximadamente una de cada ocho mujeres estadounidenses desarrollará cáncer de mama invasivo a lo largo de su vida, y una de cada 43, o el 2%, morirá a causa de la enfermedad.
Durante la última década, encontró el informe, las tasas de cáncer de mama entre mujeres menores de 50 años han aumentado en comparación con las mujeres mayores (1,4% anual versus 0,7%) por razones que no son obvias a primera vista.
En términos de origen étnico, la incidencia ha aumentado más rápidamente entre las mujeres asiático-americanas, seguidas por las hispanas, lo que “puede estar relacionado con la afluencia de nuevos inmigrantes, que tienen un mayor riesgo de cáncer de mama”.
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En general, la mortalidad por cáncer de mama ha disminuido un 44%, de 33 muertes por cada 100.000 mujeres en 1989 a 19 muertes por cada 100.000 en 2022, lo que se traduce en unas 517.900 muertes evitadas.
Pero a pesar de décadas de avances médicos en el tratamiento y la detección temprana, los beneficios se han sentido de manera desigual.
Las tasas de mortalidad entre los nativos americanos se han mantenido sin cambios desde 1990, cuando las mujeres negras experimentaron un 38% más de muertes que las mujeres blancas a pesar de un 5% menos de casos.
Estos hallazgos resaltan el impacto de los “factores sociales” en la salud y el “racismo sistémico crónico que ha reducido el acceso a una atención de calidad”.
Los autores recomiendan aumentar la diversidad racial en los ensayos clínicos, así como establecer asociaciones que aumenten el acceso a exámenes de detección de alta calidad para las mujeres más desfavorecidas.
En abril, una organización médica independiente de Estados Unidos recomendó que las mujeres comenzaran a hacerse mamografías a los 40 años en lugar de a los 50 y cada dos años.
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