El ministro de Asuntos Exteriores, Ivan Gill, confirmó este miércoles que el fascismo es un elemento utilizado por el imperialismo para mantener su dominación y explotación de los trabajadores.
Durante su discurso en el acto de instalación del Comité Promotor Internacional Antifascista en el Centro de Convenciones Parque Bolívar, en La Carlota, estado Miranda, el Canciller destacó que la lucha antifascista también es anticapitalista.
“El fascismo no es más que un origen, como un elemento que utiliza el imperialismo, el capitalismo, para mantener su hegemonía, para explotar a los trabajadores”, declaró.
Gill añade que construir el socialismo es “la única manera que sabemos” de extinguir definitivamente tanto el capitalismo como sus expresiones más violentas. De igual forma, comentó que la humanidad enfrenta actualmente una de las encrucijadas más grandes y peligrosas, “la vida de la especie humana en este planeta, en libertad”.
“El fascismo tiene profundas raíces económicas en las élites, es la hegemonía económica que busca perpetuarse, saquea los recursos naturales del país, explota la fuerza laboral y da la mayor ventaja a algunas personas, a algunas élites, lo que también mezcla . Con xenofobia, con racismo, con sentido de hegemonía. Todo esto eventualmente se convierte en el mayor mal que la clase obrera, el campesinado y los movimientos sociales están llamados a enfrentar y derrotar definitivamente. Sí”, dijo.
El canciller destacó que el colonialismo fue la causa de todos los males del pueblo a través de la imposición de un modelo por parte del poder, lo que llevó al actual estado de creación de la burguesía que “hoy se ha convertido en una oligarquía y quiere gobernar a nuestro pueblo”.
“Quienes promueven el fascismo hoy son los mismos que lo alentaron hace 80 o 85 años. No ha cambiado en nada, son la misma burguesía, es el mismo poder económico, el mismo poder industrial-militar que se exhibió con orgullo en su momento (…) El fascismo cuando surgió como una corriente política depredadora y acosadora de Trabajadores y trabajadores, él 1930- Lo hizo con orgullo durante la década, ser fascista se exhibió como una virtud”, recordó.
Una demostración de fascismo
Gill señala que un ejemplo de fascismo en América Latina es el caso del presidente argentino, Javier Milli, quien “se presenta como un fascista, atribuye actitudes fascistas de manera pública. Hoy todo está legitimado por un sistema de medios y redes sociales”. “
“El racismo se muestra hoy como una gran virtud por parte de estas élites que quieren gobernar el mundo. Desde Estados Unidos y Europa vemos cómo los trabajadores de África, América Latina y Asia son discriminados exclusivamente por su origen étnico. Se ha presentado como un gran logro e incluso como una promesa electoral en algunos países”, advirtió.
El Canciller advirtió que estábamos ante quizás el mayor deterioro político, moral y ético desde la década de 1930, por lo que indicó que la mencionada organización estaba llamada a garantizar la movilización de la clase obrera, la clase obrera, el movimiento social y la campesinado. El mundo para luchar contra el fascismo, el imperialismo, el colonialismo y el capitalismo.
Gill añadió que la realidad del fascismo puede reflejarse en múltiples crisis globales, la mayor de las cuales es la política de exterminio que Israel aplica a Palestina y está protegida por las potencias mundiales “porque Estados Unidos, la Unión Europea y el G7 son responsables”. “Quienes intentan dar lecciones sobre democracia y derechos humanos son los que apoyan al régimen de (Benjamín) Netanyahu, que intentó invadir el Líbano y fue derrotado por el pueblo libanés”.
También habló de cómo las potencias occidentales protegen a un régimen que incita al nazismo y al fascismo como el gobierno de Ucrania, capaz de oprimir a sus propios ciudadanos en su territorio por una fuente diferente. “Apoyar al régimen nazi es una gran virtud para las potencias occidentales”, destacó.
Otro caso mencionado es el establecimiento de corrientes que sembraron las semillas del terror y trataron de imponer el odio en Colombia durante décadas, el golpe de Estado del movimiento fascista en Ecuador, exigiendo la liberación del exvicepresidente Jorge Glass; Así como la presencia de aliados con el imperialismo norteamericano que “crearon una gran influencia militar, una gran capacidad de dominar, de bombardear, de llevar muerte a varias partes del mundo”.
El ministro destacó que las masas organizadas fueron las que derrotaron al fascismo en el pasado, apoyadas por la “entonces gran potencia socialista, la Unión Soviética”.
El surgimiento de un nuevo mundo
La canciller destacó el surgimiento de un nuevo mundo llamado a enfrentar al fascismo y diversas organizaciones para hacerlo.
“Tenemos un nuevo mundo emergente, que abraza la bandera de la solidaridad, la complementariedad y la humanidad. El mundo que hoy vemos reflejado en iniciativas como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, en los BRICS, en diversas organizaciones, es el nuevo mundo que nace y está llamado a enfrentar el fascismo, el nazismo, el imperialismo y el colonialismo. ”, dijo.
De la misma manera, afirma que hay un camino que parte de gobiernos de todo el mundo que adoptan “valores antifascistas, anticoloniales y antiimperialistas” unidos con pueblos organizados y organizados.
Gill enfatizó que ningún imperialismo podría derrotar al pueblo y que éste debería sentirse orgulloso del partido que promueve la Internacional Antifascista porque fueron los pioneros, llamados a señalar el camino a seguir en esta lucha.