El primer ministro libanés, Najib Mikati, pidió a Israel que respete de inmediato el alto el fuego acordado con el movimiento chiita Hezbolá, que entró en vigor el miércoles por la mañana.
“Exijo que el enemigo israelí respete plenamente la decisión de alto el fuego y se retire de todas las zonas y lugares que ocupaba”, anunció el presidente en un discurso. Al mismo tiempo, instó a Tel Aviv a implementar plenamente la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que puso fin a la Guerra del Líbano de 2006 y, entre otras cosas, estipuló la retirada de las fuerzas israelíes del país árabe.
“Reitero el compromiso del gobierno de implementar la Resolución 1701, fortalecer la presencia militar en el sur y cooperar con la Fuerza Provisional de la ONU en el Líbano”, añadió Mikati. Cabe señalar que el documento establece que en el sur del Líbano sólo se debe desplegar el Ejército libanés y la Misión Casco Azul de la ONU.
Según los términos del alto el fuego, Israel retirará gradualmente sus fuerzas al sur de la 'línea azul' establecida entre la nación hebrea y el Líbano en un plazo no superior a 60 días. Mientras tanto, las fuerzas libanesas se desplegarán cerca de la frontera y Hezbolá trasladará sus armas pesadas al norte del río Litani.
En este sentido, Mikati llamó a los países del mundo y a las organizaciones internacionales pertinentes a garantizar la implementación de lo acordado y a “aceptar sus responsabilidades al respecto”.
Una pausa para la reestructuración
Mikati expresó sus condolencias a las víctimas de la “agresión israelí” y deseó a los heridos una pronta recuperación. Además, aprovechó su discurso para agradecer los esfuerzos de la comunidad internacional y de los “países amigos” que “han ayudado y continúan a poner fin a la terrible experiencia de matanza, destrucción y desplazamiento”, afirmó.
“La responsabilidad es grande y colectiva dada la magnitud de la tragedia […] Nuestro pueblo tiene derecho a regresar a sus tierras y ciudades y vivir en paz”, aseveró.
“Hoy comienza un viaje de mil millas para reconstruir lo destruido y fortalecer el papel de las instituciones legítimas, entre ellas el ejército, donde tenemos grandes esperanzas de expandir la autoridad del Estado a toda la región. Fortalecer su presencia en el país y en el sur herido”, concluyó el Primer Ministro.