El próximo 9 de febrero Ecuador celebrará su primera vuelta de elecciones presidenciales, en las que el actual presidente, el empresario Daniel Noboa, buscará la reelección en medio de la profundización de la crisis que enfrenta el país luego de tres gobiernos consecutivos de derecha.
La hermana nación, cuya independencia obtuvo el libertador Simón Bolívar, atraviesa una grave situación en la que sus habitantes han sufrido un aumento descontrolado de la delincuencia, una cadena interminable de apagones crónicos, mientras el deterioro de la calidad de vida se ha profundizado durante la mayoría de los casi 17 millones de personas que la habitan.
Todo esto contrasta fuertemente con lo que dejó el expresidente Rafael Correa, después de 16 años en el cargo que terminaron en 2017.
Eso fue todo. Rafael Correa gobernó Ecuador entre el 15 de enero de 2007 y el 24 de mayo de 2017, un régimen caracterizado por la estabilidad y el crecimiento económico, entre otros aspectos.
“Hay más de 2 millones de personas que han salido de la pobreza, no con asistencia social, sino porque hemos atacado los factores estructurales”, subrayó el entonces presidente el 16 de enero en una ceremonia de celebración de sus 10 años al frente. de 2017.
“Rafael Correa apoyó la inversión pública (carreteras, puertos, aeropuertos, hidroeléctricas) y la petrolera, la minería”, dijo la socióloga ecuatoriana Martha Moncada Paredes para el portal Fundación Rosa Luxemburgo. y promovió la expansión de la explotación agroindustrial.
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Sin embargo, Correa decidió no presentarse a las elecciones de 2017, dejando al vicepresidente Lenin Moreno como abanderado de su partido, quien pronto se unió a la oposición.
Correa lo calificaría luego como “el mayor traidor de la historia de Ecuador y América Latina (…)”.
El historiador ecuatoriano Juan Paz y Miño, en un ensayo titulado “Las Tiniblas en Ecuador” publicado en varios medios el 18 de noviembre, recordó que Moreno, tras romper con su antiguo mentor, “comenzó la persecución incesante del Corisma”, quedando paralizado, entre otros. muchas otras cosas. , inversión pública.
“Al mismo tiempo se abandonó la economía social para reafirmar intereses empresariales claros y orientaciones neoliberales sujetas a los términos del Fondo Monetario Internacional (FMI)”, afirmó el columnista.
El historiador ecuatoriano Juan Paz explica que tras la llegada de Moreno, en 2021, el banquero millonario Guillermo Lasso, inclinando más hacia la derecha el gobierno de ese país, comenzó a aplicar las recetas de independencia que ahora sufre la Argentina de Mile, mientras el país sufría. Se produjo una explosión sin precedentes del narcotráfico y el crimen organizado, al tiempo que comenzó un aumento extremo de la violencia.
Su pérdida de legitimidad le llevó a utilizar la imagen de la “muerte crucificada” para evitar el juicio político de la Asamblea Nacional convocando elecciones anticipadas en 2023.
Fue reemplazado por Daniel Noboa, el hijo del hombre más rico de Ecuador, quien continuó las recetas del FMI, gobernó para la élite e implementó medidas sin precedentes como la declaración de un conflicto armado interno (nunca visto en esa nación) y muchas otras cosas. intentar enmendar la Constitución para restablecer las bases militares estadounidenses excluidas bajo el mandato fiscal.
“El panorama social y económico es dramático: salarios bajos, derechos laborales más flexibles y menoscabo del derecho a la naturaleza, el 70% de la población desempleada y subempleada, pobreza en aumento (…)”, afirmó Paz y Miño, quien afirmó que en siete años el año “antes de que el país se rompa el prestigio”.
La violencia se ha convertido en un síntoma básico
Fernando Casado, profesor de derechos humanos y derecho internacional de la Universidad Bolivariana de Quito, recuerda que durante la era Rafael Correa, Ecuador era el segundo país más tranquilo de la región, con sólo 5 asesinatos por cada 100.000 habitantes.
Eso ha cambiado drásticamente: habrá un promedio de 44,5 asesinatos por cada 100.000 residentes en 2023, según Insight Crime, una cifra que aún no se ha actualizado este año.
Ecuador se ha convertido en el país más violento de América Latina, según diversos estudios. Por ejemplo, la plataforma de verificación de hechos Lupa Media, citando estadísticas sobre muertes violentas del Ministerio del Interior y otras fuentes, que son de acceso público, informó que entre el 1 de enero y el 11 de agosto de 2024 se produjeron 3.739 asesinatos; También confirmó que los secuestros han aumentado un 19%.
Según el informe sobre asesinatos intencionales del Ministerio del Interior, se produjeron 6.306 muertes violentas entre diciembre de 2023 y octubre pasado, y el mes pasado se citó como uno de los más altos con 679 asesinatos.
Los medios de comunicación informan periódicamente sobre las masacres que tienen lugar en varias provincias. Pese a la declaración de conflicto armado interno, la prórroga del estado de alarma y el despliegue del ejército y la policía, según Casado, no contribuyeron significativamente a reducir la criminalidad.
Una vicepresidenta es víctima de un acoso sin precedentes
El actual presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha atacado a dos de los segundos funcionarios más altos del país, en una clara muestra de autoritarismo.
El 5 de abril ordenó el ataque a la embajada de México en Quito, en violación del derecho internacional, para secuestrar al ex vicepresidente del gobierno de Rafael Correa, George Glass, a quien mantuvo en prisión desde entonces, creando una profunda diplomacia con la nación azteca que aún existe.
Pero con la actual vicepresidenta, Verónica Abad, su compañera de fórmula en las elecciones, implementó una ofensiva sin precedentes: primero, le ordenó trasladarse a Israel, en medio de una escalada del genocidio que ese país está cometiendo contra los palestinos. Luego el hombre le ordenó que fuera a Turquía.
El último paso, que ha sido interpretado como una medida para impedirle temporalmente asumir la presidencia del país mientras se dedica a una campaña de reelección, fue ordenar a través del Ministerio de Trabajo su suspensión, que deberá ser por 150 días. momento en el cual debe ser removido de su cargo responde a sus designios de ser separado. yo