Los gobiernos de Turquía y Egipto se sumaron el lunes a la indignación mundial tras la noticia de que Israel había aprobado un controvertido plan para ampliar los Altos del Golán, un territorio en disputa durante décadas. Esta decisión del gobierno israelí ha provocado una tormenta de críticas por parte de varios países y organizaciones internacionales.
Según la información publicada, Israel destinará unos diez millones de euros a la aplicación de este plan, que prevé la absorción de nuevos residentes con el objetivo de duplicar la población actual, que asciende a unos 50.000 residentes distribuidos en unos 30 asentamientos, incluidos judíos. y los drusos. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, defendió la medida, argumentando que fortalecer los Altos del Golán era fortalecer a la nación.
Turquía dejó clara su condena y calificó la decisión de Israel como una nueva provocación destinada a ampliar las fronteras mediante la ocupación. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía emitió un comunicado diciendo que la medida socava los esfuerzos para lograr la paz y la estabilidad en la región, aumentando las tensiones en un momento ya delicado.
Turquía y Egipto se oponen a la expansión de Israel
Por su parte, Egipto también ha rechazado enérgicamente el plan de Israel, al considerarlo una clara violación de la soberanía y la integridad territorial de Siria. El gobierno egipcio ha pedido a la comunidad internacional y al Consejo de Seguridad de la ONU que tomen medidas para detener estas actividades en los asentamientos israelíes en los Altos del Golán, que son contrarias al derecho internacional.
Israel arrebató los Altos del Golán a Siria durante los conflictos armados de las décadas de 1960 y 1970, aunque Israel anexó el territorio en 1981, que la comunidad internacional no reconoce y considera ilegal.
La indignación de Turquía y Egipto se suma a las críticas expresadas anteriormente por Arabia Saudita, Qatar, los Emiratos Árabes Unidos e Irak, así como por grupos rebeldes como los hutíes. Todos condenaron la medida de Israel, argumentando que amenazaba la soberanía y la integridad de Siria, un país que atraviesa una situación desestabilizadora desde la caída del gobierno de Bashar al-Assad.