La oposición venezolana, que disputará las primarias este domingo, ha centrado todas sus energías en las elecciones presidenciales de 2024, carrera a la que regresa tras una década alejado de las urnas.
Después de varios intentos electorales en 2020 y 2021 para que partidos y dirigentes se alejaran de la vía excluyente, ahora nadie pide el no y, por el contrario, el país entra en un clima electoral pleno que la oposición. Quiere aprovechar la oportunidad para atacar al chavismo, después de las últimas dos décadas, en las que la oposición ha retrocedido desde la elección de Nicolás Maduro en 2013, ya que durante ese período la oposición ha sufrido varias derrotas electorales, así como la oposición al gobierno y una crisis económica y social sin precedentes.
Se dice que ahí fue donde había La confianza de sus oponentes, hasta entonces unidos en coalición, quedó definitivamente rota en el árbitro electoral, la oposición alegó fraude y no reconoció, ni siquiera hoy, la victoria del líder chavista, obtenida con una ventaja del 1,5%.
A esos votos cuestionables les siguió una ola de protestas antigubernamentales, llamados a dimitir y otros intentos fallidos de derrocar al chavismo, que pasó de desafiar a Maduro, acusado por varios países de ser antidemocrático, a ser reelegido en 2018 después de descalificar al oposición.
El mismo presidente, que, según la oposición tradicional, nunca ha ganado unas elecciones democráticas, competitivas y transparentes, se perfila como opositor a la derrota en 2024, cuando el antichavismo planea volver a consolidar todo su poder al servicio del gobierno. candidatura, sin certezas sobre la efectividad de esta apuesta.
En 2024, la oposición tendrá la oportunidad de volver a las urnas y derrotar al chavismo, aunque la tarea ciertamente no será fácil, mientras el gobierno venezolano afila sus garras y comienza a eliminar a quienes considera grandes rivales potenciales. Jugar con las inhabilitaciones electorales significa dejar fuera de juego a varios líderes opositores, ya que una de estas inhabilitaciones podría expulsar a Maduro de Miraflores, según una encuesta, dada la simpatía de una gran mayoría de venezolanos.
Además, no podemos olvidar que en la última década la mayoría de la oposición no compitió en otras contiendas presidenciales, por lo que la oposición venezolana cambió su estrategia haciendo dos grandes apuestas electorales que quería saldar. La revolución bolivariana se llama porque en 2015, después de una intensa campaña política, obtuvieron una mayoría calificada en el parlamento, pero la Corte Suprema recusó a tres legisladores por acusaciones de irregularidades en sus elecciones, que nunca se repitieron. La oposición juramentó a quienes lo impugnaron y el legislativo fue declarado en desacato, por lo que ninguno de sus actos fue aceptado por el resto de las instituciones.
En 2016, en un país harto de una escasez generalizada de bienes y de una cámara legítima pero sin poder real, la idea de convocar un revocatorio contra Maduro se ganó la simpatía de la misma mayoría que lo apoyó el año anterior con un 67%. el asiento Frente a la oposición, después de protestas callejeras en las que participaron decenas de miles de personas a favor de la destitución, el Departamento de Justicia salió una vez más en defensa del presidente, admitiendo acusaciones contra el proceso iniciado por el partido gobernante.
Como resultado, el CNE decidió paralizar el referéndum “de acuerdo” con la corte. Después de estos dos tragos amargos, cuando la crisis económica se agravó, la oposición optó en 2017 por una lucha no electoral, sino callejera, la mayor de las cuales. La cadena de protestas antigubernamentales que enfrentó Maduro, a las que respondió con represión, dejó alrededor de 120 muertos y provocó el rechazo casi unánime de la comunidad internacional contra el presidente.
En otras palabras, las elecciones presidenciales de 2024 serán un momento decisivo en la historia de Venezuela. La oposición de Venezuela tendrá la oportunidad de derrocar al chavismo y restaurar la democracia en el país.
Análisis adicional:
Los siguientes desafíos enfrenta la oposición venezolana en el período previo a las elecciones de 2024:
- División Interna: La oposición venezolana está dividida en facciones, lo que dificulta la unidad y la coordinación.
- Inhabilitaciones de dirigentes de la oposición: El gobierno venezolano ha descalificado a varios líderes de la oposición, limitando las opciones de la oposición.
- Control gubernamental sobre las instituciones electorales: El gobierno venezolano ha tomado el control de las instituciones electorales, lo que genera dudas sobre la transparencia de las elecciones.
En última instancia, la oposición venezolana debe superar estos desafíos si quiere derrotar al chavismo en las elecciones de 2024.