La nueva Miss Universo no ha hecho declaraciones desde la ceremonia de coronación más allá de hablar de su pasado y su carrera. Su agenda tampoco ha trascendido y se desconoce si regresará próximamente a Nicaragua. Al día siguiente de su coronación, Shanice Palacios viajó a Miami y el martes partió hacia la Ciudad de México, sede del Miss Universo 2024, donde entregará su reinado dentro de un año.
Pero las autoridades nicaragüenses lo han criticado y cuestionado.
Además de los comentarios de la vicepresidenta Murillo el miércoles sobre la continua proyección de Shanice Palacios en medios críticos con el gobierno -a quienes llamó “vampiros”, “víboras” y “golpes de Estado fallidos”-, voceros del oficialismo criticaron a Miss Universo. 2023 se refirió a él como un “golpista”.
La descalificación se produce luego de que el mismo día del certamen de belleza se publicaran en las redes sociales fotografías de la joven que participó en las protestas contra el gobierno de Daniel Ortega en 2018.
Los activistas de la oposición la han aclamado como un “símbolo de esperanza” y su reconocimiento en un concurso de belleza en San Salvador el sábado provocó euforia y júbilo en Nicaragua.
Palacios, de 23 años, de piel oscura y 1,80 metros de altura, es la primera centroamericana en ganar el certamen de Miss Mundo.
Carismático y sencillo, se graduó en 2022 en Ciencias de la Comunicación de la Universidad Centroamericana (UCA, jesuita), donde fue becado por su excelencia académica. Ya entonces vendía donuts a sus compañeros para cubrir otros gastos durante sus años universitarios, como relató en entrevistas de prensa.
En la red también ha circulado otra foto suya, luciendo orgullosa su título de comunicadora social expedido por la UCA en 2022. La foto fue tomada en el campus de la Universidad Jesuita, que Ortega cerró y confiscó en agosto de este año después de ordenarlo. Bloqueando sus cuentas bancarias y acusándolo de ser un “centro terrorista”.
“Shainis Palacios, Miss Universo 2023, ¡Felicidades! (…) ¡Gracias por llevar alegría a nuestro miserable pueblo! ¡Gracias por esperar un futuro mejor para nuestro país!” Monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua y primer religioso obligado a exiliarse por Ortega, escribió en su cuenta X en 2019.
Esa misma noche, medios independientes nicaragüenses difundieron la versión de que el gobierno de Nicaragua había ordenado prohibir el ingreso al país a la joven, pero luego se retractó. Sin confirmar ni desmentir la información, el gobierno emitió un comunicado saludando su elección como un reconocimiento a la “gracia, la inteligencia y las luchas diarias” de Nicaragua.
Para celebrar en las calles, hubo largas caravanas de autos tocando bocinas y gente común y corriente que no tuvo miedo de ondear la bandera nacional azul y blanca, que se convirtió en el símbolo de las protestas del gobierno de Ortega en 2018. Sus exhibiciones públicas han costado la cárcel a decenas de disidentes.
Los colores de la bandera de Nicaragua también lucieron en el atuendo que lució Palacios la noche de su coronación: un vestido blanco decorado con perlas sobre el que caía una túnica azul turquesa. Hubo quienes vieron en él imágenes de la Virgen María, venerada en la Pérsima nicaragüense, un país predominantemente cristiano y donde el gobierno prohibió las procesiones católicas y encarceló a un obispo, monseñor Rolando Álvarez, condenado a 26 años de prisión en febrero. el pasado
La elección de la nicaragüense como reina de belleza universal no parece ser casualidad. En los últimos años, el certamen ha buscado mujeres con el perfil de Palacios: seguras de sí mismas, inteligentes, feministas, con licenciatura o maestría e interesadas en apoyar una o más causas sociales.
En Managua, Sheinis fue presentadora de televisión y creó un podcast llamado “Understand Your Mind” para ayudar a hombres o mujeres jóvenes con trastornos de ansiedad. Él mismo estuvo a punto de quitarse la vida. “Me lastimé el brazo, me arranqué el pelo”, dijo, y agregó que padeció la enfermedad y la superó con terapia y ejercicios de respiración.
Nacido en un hogar humilde en el pueblo de Diriamba, 42 kilómetros al sur de Managua, aprendió de su abuela a hacer deliciosos buelos, una comida sencilla a base de maíz y carne, y un postre a base de yuca, queso y miel.
“Exalta y dignifica cualquier buena acción”, reiteró Palacios al referirse a sus orígenes. Dice que esto lo aprendió de su madre, Raquel Cornejo, quien crió sola a sus dos hijos y quien no hace mucho emigró a Estados Unidos aprovechando los beneficios que otorga el gobierno del presidente Joe Biden a inmigrantes nicaragüenses y venezolanos.