La investigación del Centro de Estudios Regionales de la UCAB Guyana explora el impacto de las condiciones ambientales y económicas en el bienestar de los niños, los impactos en su desarrollo y la comprensión de las realidades del municipio de Caroní, Bolívar.
Texto: Francesca Díaz / Corio del Caroni
Crisis económica, violencia infraestructural y desplazamiento de redes de apoyo son condiciones que socavan el bienestar de niños y niñas en Ciudad Guyana, como lo revela un estudio sobre bienestar infantil en el contexto escolar del municipio de Caroni, desarrollado por el Centro para Regionales. Estudios (CER) de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Extensión Guyana.
El estudio, en asociación con la Red Internacional de Comprensión del Bienestar de los Niños, se llevó a cabo en una muestra de 50 niños de 8 a 12 años. Además, los menores investigados representaban diferentes estratos sociales que se dividieron en tres grupos: buenas condiciones de vida, condiciones de vida justas y condiciones de vida muy malas.
“Este estudio de bienestar infantil en el contexto escolar es un experimento piloto desarrollado por el CER de la UCAB, que consta de un equipo multidisciplinario dedicado al desarrollo e investigación de factores de estilo de vida que influyen en el bienestar de los niños”, explicó Marian Ojeda, líder del estudio.
En este sentido, explica que los niños de mejor situación económica tienen mayor seguridad y una red de apoyo familiar que contribuye directamente a su bienestar. Sin embargo, quienes se encuentran en condiciones regulares, es decir, tienen menores facilidades, están interesados en adquirir bienes y en cuanto a sus familiares o necesidades se trasladan a sus hogares. Por último, el grupo III adolece de una importante falta de recursos;
“En el segundo grupo, con condiciones regulares, hay muchas familias en situación de pobreza e inseguridad alimentaria. Este grupo se ve afectado por la inmigración. Hay familias incompletas porque algunos miembros de la familia se han mudado a otros países. Con condiciones de vida muy pobres y un acceso muy limitado a la educación, la mayoría de los miembros de la comunidad no completan la escuela primaria. “Viven en la pobreza”, dijo Ojeda.
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Ojeda explicó que, en primer lugar, se acercó a los niños con juegos y actividades para poder responder diferentes preguntas y darse cuenta de su bienestar.
En este sentido, se consultó a los niños sobre lo que consideraban necesario para una buena vida; Sin embargo, los niños de bajos ingresos dicen que consideran que conseguir comida, tener un teléfono y un televisor son aspectos importantes de su bienestar.
El primer grupo no mencionó la necesidad de dinero para lograr una buena salud y dijo que no se preocupaban por este aspecto, ya que “tienen familias”. Por el contrario, los niños de ingresos medios ven el dinero como algo importante para “tener las cosas que necesitan”. Para este último grupo el dinero es fundamental, ya que lo relacionan con la seguridad alimentaria, respondiendo que “la comida requiere dinero”.
Al respecto, las investigaciones muestran que, dependiendo de su poder adquisitivo, un sector de la población infantil de Caroní se preocupa por los recursos económicos, algunos de ellos incluso trabajan fuera del horario escolar, para mantenerse.
“Los niños de entornos pobres entienden el bienestar poniendo énfasis en el autocuidado y la seguridad. En este caso, los niños enfatizan aspectos emocionales como no sentirse triste, deprimido, abandonado o cuando no me siento solo”, anotó la panelista.
Asimismo, se afirmó que los niños del primer grupo fueron los únicos que se refirieron a la familia como estructura. Otros grupos se refieren al padre, la madre, el hermano o cualquier miembro de la familia de forma aislada.
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Violencia infraestructural: escuelas en condiciones deplorables
Pasando al siguiente aspecto del estudio, las condiciones ambientales y las circunstancias en las que viven los niños también afectan su percepción de bienestar.
Claudia Arimendi, miembro del panel de expertos que analizó los hallazgos, dijo que se habla poco sobre la violencia en la infraestructura y cómo los niños sufren por la falta de escuelas y baños cerrados que no facilitan el aprendizaje.
En este sentido, al consultar a la muestra sobre lo que más les gustaba de la escuela, todos los grupos coincidieron en que el aprendizaje, la recreación, los amigos y el juego eran aspectos positivos de asistir a clase.
Sin embargo, los niños que asisten a escuelas privadas informaron que las materias escolares que menos les gustaban eran las matemáticas y las discusiones con los compañeros de clase. Estos últimos grupos respondieron que los daños en baños y puertas, el acoso escolar y la comida que ingieren durante la escuela eran aspectos negativos.
Mientras que el primer grupo afirmó ir a escuelas con buen mobiliario, los segundos asociaron sus escuelas con lugares llenos de objetos dañados y, en consecuencia, no les gustó la comida que se servía en esos lugares.
Los expertos señalan que las condiciones afectan directamente el aprendizaje de los estudiantes, Ojeda señaló que el nivel de comprensión y desarrollo de los niños de 8 años fue mayor que el de grupos que viven en mejores condiciones económicas. Se dio cuenta de que los niños de 12 años tenían los mayores déficits entre los del grupo.
De igual forma, el estudio destaca que los niños que viven en buenas condiciones tienen muchos tipos de actividades como hacer gimnasia, patinar o ir a la piscina; Mientras que, en los casos de baja cuantía e ingresos familiares, los niños deben quedarse en casa y sus actividades son ver TikTok, leer o dibujar. Los dos últimos grupos trabajan principalmente en casa y tienen opciones de entretenimiento reducidas.
“Independientemente del nivel, todos los niños informaron que pasan tiempo solos. 'Cuando estoy solo, cuando mis padres me dejan en paz, o cuando estoy solo.' También valoran negativamente actividades como las peleas en casa, la limpieza y la división, entre otras actividades”, explicó el panel de expertos.
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Todas las partes rechazaron las peleas y los gritos. En cambio, la encuesta reveló que había diferentes formas de violencia en todos los grupos, así como preocupaciones sobre las peleas escolares y la presencia de “niños malos” en las escuelas.
La psicóloga Janet Guerra, parte del grupo de expertos, enfatizó la necesidad de prevenir y abordar la violencia infantil en el ámbito escolar y familiar.
“Necesitamos ocuparnos no sólo de lo que los niños aprenden académicamente, sino también socialmente”, afirmó.
Detallaron que todos los niños estudiados dijeron no sentirse escuchados por los adultos que los rodeaban y no recordaban situaciones donde su opinión importara, fuera de manifestaciones o días especiales como su cumpleaños. Todos los grupos coincidieron en que querían escuchar más en sus hogares y se tuvieron en cuenta sus opiniones.
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¿Qué les preocupa a los hijos de Caroni?
Como parte del análisis, a los niños se les ofreció la posibilidad de tener un superpoder para cambiar lo que no les gusta en sus vidas. Todos los grupos señalaron la pobreza, el abuso y la enfermedad como razones por las que querían cambiar.
Sin embargo, el primer grupo, los de mejores condiciones de vida, afirmó que mejorarían las relaciones con sus compañeros de clase, eliminarían los “chismes” de sus vidas y eliminarían la existencia de la gripe para que nadie se sintiera mal.
El segundo grupo expresó preocupación por el hacinamiento, sus condiciones de vivienda y la unidad familiar. Dijeron que querían tener su propia casa y una habitación para ellos solos, para viajar y traer de regreso a un familiar que estaba fuera del país.
Los niños que viven en condiciones de pobreza han expresado su preocupación por cuestiones como el abuso y la violencia, las condiciones de vivienda e incluso la situación política. En sus respuestas desearían poder tener herramientas para no hacerme daño”, “Cambio a los adultos malos y a los niños que hacen cosas malas como robar”, “Cambio mi casa por una tablet, un teléfono y un televisor. “, “Ojalá vendieran un licor que no emborracha”, “Ojalá mi padre no fuera con mi madre porque se tratan mal”, “Que dejen de abusar de los niños”, “Guerra País”, “Quiten a Maduro”, “Cambiaré esta escuela abandonada por una mejor”.
En este sentido, parece que los niños con menos recursos están expuestos a la existencia de problemas y tienen una perspectiva más amplia, incluso lidiando con temas como la política, el maltrato infantil y la guerra. Por su parte, los niños de mejor situación económica tienen menos exposición a estos problemas y no los presentan como problemas mayores.
Recomendaciones generales del CER-UCAB
Algunas de las propuestas de CER-UCAB Guyana son formar alianzas con escuelas para expandir el estudio a otras ciudades y regiones del país.
Sugieren diseñar mecanismos para hacer visible y sensible la violencia en todos los niveles. También crear políticas públicas que permitan la restauración de la infraestructura escolar, y difundir registros de casos especiales en las escuelas, y finalmente, diseñar programas y espacios de capacitación y prevención de la violencia escolar para niños y docentes.
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