El candidato presidencial venezolano Enrique Márquez saborea y comparte en el salón de su casa un café colombiano, que él mismo prepara, antes de diseccionar su idea de un gobierno que incluya a “todos”, incluso al chavismo.
Márquez dijo a Voice of America que su plan ideal es ganar las elecciones del 28 de julio, presidir una transición y cumplir un solo mandato presidencial (seis años) antes de regresar a Venezuela para impartir una cátedra en la Universidad de Julia, su alma mater.
Ingeniero, profesor, político desde su época de estudiante, postulado por el partido Centrados y aficionado al fútbol, hizo una referencia musical para describir su propuesta: quiere dirigir la “orquesta” de un país con garantías para todas las causas políticas.
Casada desde hace décadas con un colega ingeniero que conoció en la Universidad de Julia, con quien tiene tres hijos, la exrectora del Poder Electoral, exvicepresidenta de la Asamblea Nacional y exdirigente del partido Un Nuevo Tiempo habló de la amnistía como una Plan B para la oposición. Hacerlo, porque lo consideran entre los nuevos rumores de descalificación.
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