Un grupo de miembros del sindicato revisó una de las ofertas de campaña más repetitivas en la historia de nuestra nación durante los últimos 40 años. Siguen pendientes mejoras en la infraestructura escolar, incluidas promesas de aumentos salariales, lucha contra la corrupción y mejora de la calidad de la educación.
Ibrahim López Piñero Guachimán es selectivo
En América Latina, donde los ciudadanos votan con sus entrañas, sus corazones y sus oídos en lugar de con su lógica, los líderes políticos han aprovechado al máximo las promesas y compromisos hasta que son promovidos, pero después de la promoción, no se promete nada.
La historia contemporánea de Venezuela en particular tiene un rosario de promesas incumplidas e ilusiones rotas que algunos dirigentes sindicales recuerdan por este acto de elección de Guachimán.
Griselda Sánchez, docente y miembro de la organización Formación de Dirigentes Sindicales (FORDC), señaló que la firma de un convenio colectivo por parte de los educadores se ha retrasado casi al mismo tiempo que la revolución en el poder.
“La firma del convenio se anunció en el año 2002 y estamos en el 2024 y no se ha implementado; y el tema del Programa de Alimentación Escolar (PAE), que no se ha cumplido, a través del programa “Una Gota de Amor para Mi Escuela”. “El plan y la Brigada Bricomil (Educación y Escuelas han sido restituidos a través de brigadas militares comunales. Es decir, esas tres cosas nunca se han cumplido”, afirmó.
La profesora Elsa Castillo, líder sindical docente de Venezuela, recuerda con nostalgia que la calidad de la educación es una deuda con la democracia venezolana y advierte que, por el contrario, se han relajado los requisitos educativos, así como la formación cívica en valores.
“Todos los presidentes, sin excepción, en el pasado, todos hablaron de la calidad de la educación y la propusieron pero no hicieron lo suficiente. Venezuela merecía mucho más, mucho más. Lo pasamos más o menos bien cuando se entendía “Que Venezuela tenía una capacitación paralela para ellos, si los que no quieren seguir una carrera larga y se creó el INCE para formar mano de obra calificada, la experiencia fue muy buena pero no se actualizó y se dejó morir”, afirmó el dirigente sindical.
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Pablo Zambrano, secretario ejecutivo de la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetrasalud) y coordinador de la red sindical venezolana, indicó que la lucha contra la pobreza es una propuesta recurrente de los candidatos presidenciales, así como recuperar su poder adquisitivo. venezolano
“Hay una promesa para los trabajadores jubilados entre 2018 y 2021 que hizo el presidente Maduro, que era pagar 10.000 bolívares a las personas que no recibían beneficios sociales. En el momento en que hizo esa promesa, los 10.000 bolívares representaban unos 2.420 dólares, los cuales nunca se cumplieron, y si se entregaran hoy, la suma no tendría nada que ver con la promesa inicial. La promesa de restablecer el sistema público nacional de salud no se ha cumplido y por el contrario, un paciente que acude de emergencia a un centro, tiene que comprar todo, hasta el agua”, señaló.
Yelmira Jiménez, presidenta de la asociación de conductores “La Volantad de Gandi” en Caricuao, confirma que hay muchas promesas incumplidas, pero destaca el crédito para los transportistas, la creación del “Banco de Transportistas” para la modernización de las unidades y la inclusión de estos trabajadores en los programas sociales del estado.
“Los vehículos que prestan el servicio de transporte público en Venezuela están entre los más antiguos de América Latina, no hemos tenido oportunidad de reenergizar nuestras flotas. Nos han ofrecido apoyo con insumos y repuestos, han hecho algunos esfuerzos pero no han fracasado y cuando lo hacen son 100% transportistas no alcanza. Hace muchos años el transportista era catalogado como el mejor financiero y financiaban a nuestras firmas bancarias, pero ya no existe”, resaltó.
Carlos Salazar, representante de la Coalición Sindical Nacional, expresó que la promesa más frecuentemente incumplida es que la lucha contra la corrupción “ha sido como un espejismo”, afirma. Coincide con Zambrano en que recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores es una de las cuestiones pendientes.
“En 1999 los salarios habían alcanzado el 78% de la canasta básica. Es decir, había un salario con poder adquisitivo y todavía faltaba el 22% para llegar al 100% de la canasta básica, pero desde 1999 hasta ahora los candidatos revolucionarios han aumentado el salario, desde Chávez hasta casi desaparecer con Maduro. La promesa más incumplida de un candidato es el salario con poder adquisitivo y por supuesto lo que faltaba en esta supuesta revolución de 25 años. Salario y, por supuesto, la lucha contra la corrupción. Totalmente incompleto”, afirma.
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