En la cuenta 1×10 prometida a finales de mayo para el 9 de junio, Nicolás Maduro aseguró que para las elecciones presidenciales del 28 de julio el oficialismo ya tiene “un porcentaje (de apoyo) más que la última vez en las elecciones, hace mucho tiempo”. Señaló que con los tres elementos clave del plan, “satisfacer, motivar y organizar”, han podido “avanzar a pasos agigantados”.
En un discurso ante su comando nacional de campaña, el líder de izquierda, aunque quedó segundo en las encuestas detrás del candidato opositor Edmundo González Urrutia, insistió en que tenía cifras “récord”, pero nunca demostró cuánto músculo electoral tenía, lo que según a las urnas fue de cinco millones en las últimas rondas de votación.
El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el partido gobernante, está ofreciendo incentivos como bolsas de alimentos y beneficios a ciertos grupos a cambio de su promesa de votar por Maduro. Sin embargo, el problema es que, como ya dijo la ONG Provia, el gobernante ya “llegó al máximo de su cliente porque no tiene forma de brindarle suficientes beneficios”.
El partido gobernante sabe que no debe darse por sentado. Jorge Rodríguez, coordinador general del comando de campaña de Maduro, destacó que “el 1×10 debe ser de carne y hueso. Una lista no vale pero no se puede canalizar en las calles después”.
“Esta forma (de organizar a la gente en 1×10) tiene que ser disciplinada. Tenemos que organizarnos para votar (…) No debemos ganar. “Vamos a ganar, pero tenemos que ganar derrotando”, afirmó el presidente de la Asamblea Nacional elegido en 2020.
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