La cumbre de la OTAN en Washington dejó en claro el apoyo de la alianza a socios clave en el Indo-Pacífico (Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda) para disuadir a China y Corea del Norte y al mismo tiempo aumentar los vínculos con Rusia. Un riesgo para los intereses de los bloques en conflicto.
La OTAN, nacida hace 75 años para garantizar la seguridad en la región del Atlántico Norte en el contexto de la Guerra Fría con la Unión Soviética, ha reforzado a lo largo de los años su cooperación con Australia, Japón, Nueva Zelanda y Corea del Sur, conocida como el grupo IP4. pero esa relación se ha profundizado y sus líderes asisten a la cumbre por tercera vez consecutiva, especialmente en el contexto de una China cada vez más poderosa militarmente.
Después de que ayer el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, criticara a China por su “responsabilidad” en la guerra de Ucrania, hoy expresó su preocupación por el fortalecimiento de los vínculos entre Rusia y Corea del Norte, que son objeto de “discusiones periódicas” entre ambos grupos.
Stoltenberg acusó ayer a China de “hacer avanzar la economía de guerra rusa” al suministrar a Moscú tecnología y microchips utilizados para atacar a Ucrania, algo que Pekín calificó hoy de acusación “infundada” de la OTAN, que busca “establecer un enemigo imaginario para justificarla”. “Expansión y poder”.
Desde el inicio de la guerra en Ucrania, China ha adoptado una postura equilibrada y un diálogo con ambas partes, lo que Occidente interpreta como un combustible para las crecientes tensiones entre la nación asiática y la OTAN, como la expansión militar china, su influencia económica y su relación con Rusia. .
Esta mañana, al recibir al presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, Stoltenberg destacó los temores sobre la cooperación militar entre Rusia y Corea del Norte, que se fortalecieron tras el acuerdo que firmaron el mes pasado y que, según sugirió, “podría apoyar el programa nuclear y misilístico de Pyongyang”.
La importancia de los socios del Indo-Pacífico para la alianza también se reflejó en la reunión de sus líderes durante la cumbre con el presidente estadounidense Joe Biden, donde “condenaron enérgicamente” la transferencia “ilegal” de armas de Pyongyang a Moscú.
Los líderes del IP4 asistieron a una sesión con 32 jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN, así como de la Unión Europea, centrada en el papel de China en la “economía de guerra rusa”.
El primer ministro estonio, Kaja Kallas, futuro jefe de la diplomacia europea, advirtió allí que la cooperación o las relaciones entre los aliados de Beijing en el Pacífico “podrían sufrir mucho si China apoya a Rusia en esta guerra”. .
China ha negado categóricamente las acusaciones de cooperación militar con Rusia en Ucrania, pero la OTAN ya ha decidido que el siguiente paso será dirigir sus baterías contra el gigante asiático, temiendo que su enorme incremento cause molestias a EE.UU. y sus aliados europeos.