El presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, pidió este martes penas de prisión para Edmundo González Urrutia y la líder opositora María Corina Machado, a quienes acusó de ser responsables de una “conspiración fascista” contra las elecciones presidenciales, mientras que el Consejo Nacional Electoral ( CNE) calificó a Nicolás Maduro como un triunfo polémico.
También el jefe del comando de campaña del chavismo dijo que el Ministerio Público “debe actuar” para que sean “capturados” ambos opositores, quienes -precisó- “ordenaron y pagaron” a delincuentes para “aterrorizar” a la población “drogodependiente”.
“González Urrutia es el jefe de la conspiración fascista que intentan imponer a Venezuela”, afirmó Rodríguez, durante una sesión legislativa controlada por el chavismo, en su momento le dijo al equipo de campaña del ex embajador “Comando de Acción” para “tratar de sembrar la guerra civil” en el violento país.
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Cuando Rodríguez compareció en la Asamblea Nacional, González Urrutia y Machado se reunieron con varios miles de personas en Altamira, donde pidieron a los ciudadanos que exigieran al CNE el acta de la votación del domingo, a través de la cual, afirmaron, sería posible manifestarse. La oposición derrotó a Maduro por un margen tan amplio que continúa exigiendo pacíficamente saber la verdad.
De igual forma, cuestionó las afirmaciones de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) y que ésta le dio una victoria “contundente” a su candidato.
“Puedo ahorita, dame cuatro horas, en cuatro horas puedo descubrir 100 millones de minutos donde el 100% de las personas en el planeta confirman que María Corina Machado es fascista”, dijo el titular de la AN, quien narró el comunicado. PUD es como en “malo”.
Desde el lunes se han registrado múltiples protestas en Caracas y gran parte del país por el rechazo a los resultados proporcionados por el CNE, en algunos casos la medida ha sido respondida con represión por parte de policías y militares.
Una mayoría de la oposición caracterizó las protestas como “expresiones espontáneas y legítimas”, mientras que el gobierno las calificó de “criminales” y “terroristas”, al tiempo que denunció un golpe de estado por “factores fascistas de extrema derecha” como “una vez más imaginado”.
Al menos seis personas murieron y 84 resultaron heridas en la represión de las protestas por parte de las fuerzas de seguridad, según organizaciones no gubernamentales, mientras que la fiscalía arrestó a 749 personas.
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