Por María Laura García
Deja de vivir en el pasado, bueno o malo. Toma lo que necesitas de las “experiencias negativas” para hacerte más fuerte y mejor persona. Trate de no recordar qué causó o causó su dolor. Ejercita tu mente para interiorizar las enseñanzas y deshacerte de los pensamientos imaginarios que drenan tu energía y buenas vibraciones de tu cabeza. Todos tenemos historias que no deberíamos recordar y, si te resulta difícil lograrlo, utiliza terapia especializada y/o busca herramientas que te ayuden a bajar el volumen y quitarle protagonismo a lo que has estado sintiendo en tu cabeza. puede tomar
¿No puedes traer constantemente esas experiencias al presente para victimizarte y ganarte la atención, la simpatía o el afecto de los demás? Si la respuesta es sí, creo que es hora de dejarlos en el pasado y seguir adelante. Aproveche lo nuevo y mejor. Ámate con tu presente y no con tu pasado.
¿Quieres traer bondad a quienes te rodean? Comparte esta flexibilidad con aquellos que diariamente te dicen a los demás o a ti que se están aprovechando de la vida para conseguir amor o atención, en lugar de centrarse en dar amor para conseguirlo, eso es más que suficiente. Quizás lo entiendan.
Por otro lado, a los que dicen que el pasado fue bueno, diles que es el pasado, ¡es solo un recuerdo que ya se fue! De lo único que estamos seguros es aquí, este momento y esa energía debe gastarse no solo en recordar, sino en crear un buen presente y es el mejor momento de tu vida, porque está en tus manos, esa es la única nuestra. responsabilidad. Sí amigos, nuestra única y absoluta responsabilidad, además intransferible, es nuestro bienestar, y más en un país donde el “estado” no hace nada para satisfacer, ni siquiera nuestros derechos humanos básicos.
Insisto, me lo digo todos los días, tenemos que dejar de vivir en el pasado, bueno o malo. Conviértete en una mejor y más fuerte persona con la experiencia; de lo contrario, olvida lo que pasó y sigue adelante. Si son cosas buenas, pero iguales, ya pasaron, toma lo que necesites y céntrate en el aquí y ahora, porque ya no tienes lo que pasó y mucho menos lo que está por venir, porque el futuro no está escrito y Depende de nosotros hacerlo.
Ahora bien, si no estás viviendo la mejor vida posible ahora que me lees, ¿cómo vas a crear algo positivo en el futuro? ¡Deja de quejarte! ¡Deja de añorar lo que fue o no fue! ¡Concéntrate ahora! Tu vida es tuya, así que aprovéchala al máximo.
¿Por qué tendemos a vivir en el pasado?
Para muchos recordar tiempos que ya no existen puede ser un dulce refugio, pero vivir anclados en el pasado es una forma inútil de perder de vista el presente.
Sin lugar a dudas, lo que hemos experimentado da forma a las experiencias que nos trajeron a este “aquí”, pero simplemente aproveche esos aprendizajes y no permita que las cavilaciones le impidan crear su ahora pleno. Ese baúl lleno de recuerdos felices y tristes, de decisiones malas y afortunadas, de sorpresas y acontecimientos, de personas maravillosas o maravillosas que vinieron con nosotros, es solo eso, una caja llena de cosas que hay que aprender a cerrar o abrir solo para tomar. Lo que se requiere.
¿Cuándo se convierte en una carga que puede resultar patológica?
Cuando es una obsesión que afecta tu comportamiento, pensamientos, emociones y elecciones, desviando tu atención y energía, que debes utilizar en tu vida diaria, es decir, cuando inconscientemente pierdes el tiempo preocupándote por lo que era, lo que tenías o cómo duele lo que tienes o lo que perdiste.
Cuando el pasado es un vínculo, una carga, que te paraliza y te impide disfrutar del presente porque le temes. ¿Sigues mientras el presente pasa ante tus ojos sin disfrutarlo?
¿Qué nos ancla en el pasado?
La lista puede ser larga, pero la más común es: un amor del que no podemos deshacernos. Un país o estatus social que teníamos y en diversas circunstancias perdimos. Un evento traumático que trastorna nuestro equilibrio emocional, nos llena de dolor. Juventud perdida, apariencia o capacidades físicas que inevitablemente decaen. Todos podemos sentir nostalgia por estas cosas, pero es importante distinguir este sentimiento de algo que es obsesivo.
Sin duda, vivir en el pasado puede ser un refugio seguro para quienes temen al presente o al futuro. No se trata de borrar nuestra historia porque forma nuestra identidad y es un recurso valioso, pero no nos quedemos ahí. No te cierres a un abanico de posibilidades de vida novedosas, aunque claramente inciertas, es decir, no desaproveches el presente que podría conducirte a un futuro mejor.
Recuerde, el objetivo es dejar de hablar una y otra vez sobre lo que hemos vivido, especialmente lo que nos duele, y pasar a vivir “aquí” sin culpa, resentimiento ni dolor.
¿Cómo podemos luchar contra ese impulso de vivir en lo familiar?
La solución está en nuestra mente, en detener los pensamientos del pasado que se vuelven obsesivos. Lo que has experimentado no se borra, no se reexpresa, no cambia, así que acéptalo y déjalo ir.
Si reconoces la imposibilidad de salir de ese círculo restrictivo del pasado, si ese malestar te impide vivir con más momentos de bienestar, te invito a acudir a un psicólogo para que te ayude a superar ese obstáculo. te enseñé
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