La Cancillería de Bolivia dijo este domingo que ha enviado cartas a tres organismos internacionales para condenar los “actos de desestabilización” del expresidente Evo Morales (2006-2019) y sus seguidores que agitan por su respaldo como candidato en La Paz. Elecciones 2025.
“Hemos expuesto a la comunidad internacional los actos de desestabilización contra nuestro gobierno”, dijo un comunicado oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Las cartas fueron enviadas al secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres; El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, y la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Tanya Renneum, a Panji.
“Nuestro gobierno tiene un fuerte compromiso con la democracia, el respeto a los derechos humanos y estamos convencidos de que el diálogo es la mejor manera de abordar las diferencias”, dice el comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores.
La marcha de los sectores que siguen a Morales partió el martes desde la ciudad de Caracolo, en la región andina de Ororo, y hoy cumple el sexto día de movilización hacia la ciudad de La Paz, preparándose para llegar a Achica Arriba, sede de gobierno.
Los seguidores del expresidente sienten que se trata de una marcha para “salvar al país” ante problemas como la escasez de dólares y combustible y el aumento de los precios de algunos productos básicos, y afirman que las soluciones son un Congreso del Movimiento al Socialismo ( MAS) celebrada el año pasado -No reconocida por el Tribunal Electoral- donde definieron la candidatura de Morales para 2025
El gobierno de Ars consideró que el propósito de la marcha impulsada por Morales era impulsar un “golpe de estado” y que el jefe del Senado, Andrónico Rodríguez, cercano al ex gobernante, asumiera la presidencia del país, permitiendo así a su candidatura.
Morales y Arce se separaron a finales de 2021 por diferencias dentro de la administración estatal que se profundizaron sobre la necesidad de renovar la dirigencia nacional del MAS, aún en manos del expresidente, algo en lo que facciones leales a ambos bandos no lograron ponerse de acuerdo.