Un inmigrante venezolano logró llegar a Estados Unidos a pie con toda su familia, a pesar de perder una pierna, lo que dificultó gravemente su viaje por siete países.
Jackson Pedron, de 41 años, se encuentra hoy en Chicago y finalmente puede descansar después de un peligroso viaje que llevó consigo a su esposa y sus cuatro hijos durante dos meses. “Es algo que no se lo deseo a nadie”, afirmó.
El migrante dijo que le resultó realmente difícil cruzar el Darién. “Apenas podía caminar por un bosque lleno de restos humanos”, explicó. Admite que hubo días en los que no sabía si podría continuar, pero eso no lo detuvo en su viaje. A veces se las arreglaba con su vieja prótesis de pierna y cuando no podía más caminaba con muletas.
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Según Pedron, perdió la pierna en 1999 tras un violento ataque. Ese fatídico día un grupo de delincuentes lo interceptó mientras caminaba por un barrio caraqueño y le exigieron sus zapatos. El robo se tornó violento y los malhechores le dispararon en la pierna.
Cuando lo trasladaron al hospital, no pudo recibir el tratamiento necesario. “La herida empeoró por la falta de recursos médicos”, por lo que tuvieron que amputarle la pierna siete días después.
Poco después conoció a su esposa, Carolina Hidalgo, durante una reunión de vecinos, y nunca más se separaron. Ella lo ayudó durante su recuperación tras la amputación. “Ella es mi vida. Mi todo”, aseguró según informó La Nación.
Salida de Venezuela
Pedron dijo que cuando su esposa estaba esperando su cuarta hija en 2018, tuvo que ausentarse del trabajo porque era un embarazo de alto riesgo. Sin embargo, lo despidieron y comenzaron a amenazarlo a él y a sus hijos para que no tomara represalias contra su empleador. “Le mandaron un mensaje de que iban a hacer daño a mis hijos. “Me amenazaron por mi discapacidad”, dijo.
La familia pronto llegó a Colombia, pero allí continuaron recibiendo amenazas de muerte. Por ello decidieron trasladarse a Estados Unidos, aunque casi no tenían recursos para empezar una nueva vida.
Incluso después de pasar Darién tuvieron que superar muchos desafíos. En México les tocó viajar a “La Bestia”, como se conoce al tren de carga que pasa por el país y que Pedron describe como “una película de terror, pero en la vida real”. En el tren donde cada mes varios migrantes perdieron la vida o sufrieron graves accidentes, perdió todas sus pertenencias, su dinero y sus documentos, pero continuaron.
Al llegar a Texas, se entregaron a las autoridades, siendo luego trasladados a Chicago donde comenzaron una nueva vida.
La familia vive actualmente en un albergue en La Villita, mientras espera una resolución de su solicitud de asilo. Además, a Pedron le colocaron una nueva prótesis de pierna.
“Puedo tomar la mano de mi pequeña cuando la llevo al colegio, algo que no podía hacer con mis hijos mayores”, destacó.