Cuchilla

La extorsión profesional se ha convertido en un ghat que va más allá de las fronteras por países que afectan a Perú, Ecuador, Colombia, Honduras, Guatemala, México y Brasil.
Por el Panamrikana
La “cuota” requerida por los partidos criminales pintó carreteras, con explosivos, disparos y amenazas que mantienen ansiedad a las compañías públicas y de transporte de carga.
Según el experto en protección ecuatoriana Jean Paul Pinto, este evento regional se ha publicado con varios nombres: “Lucha” en Honduras, “Rent” en Guatemala, “Ley de piso” en México, “Vacuna” y “Copa de Protección” a través de Brasil, pero a través de Brasil: control penal.
Un problema regional con respuestas inadecuadas
En Ecuador, las bandas de extorsión han establecido sus lugares espectaculares en los transportistas de carga operados desde la costa, crearon una ola de violencia que obligó al gobierno a implementar al gobierno como una excepción y el estado de la militarización. Sin embargo, estas estrategias no lograron erradicar el problema de la transcripción en otros países de la región. En Perú, bandas como Dam Angamos o Gangsters de construcción han intensificado sus ataques, manteniendo el equilibrio de empresas dañadas y paralizadas. La debilidad del sistema judicial, cuestionando por su ineficiencia y la permeabilidad de la organización contra los delitos organizados mejora aún más la situación, evitando una solución específica.
La radiografía del evento latinoamericano revela patrones generales: grupos criminales organizados que aprovechan la debilidad profesional, el pasajero o la carga, para imponer dinero a las amenazas de muerte. Por ejemplo, en Honduras, “lucha” ha logrado que el transportista abandone su ruta, mientras que el “piso derecho” en México afecta tanto a los pequeños empresarios como a las grandes empresas. En Brasil, la “tasa menstrual” es una práctica extendida en la región controlada por partidos criminales. Aunque estos grupos funcionan en diferentes contextos, los métodos violentos y una estructura que desafía a las autoridades.
Para continuar leyendo, haga clic aquí.